El mortifago & yo

21.-

Harry tuvo que esperar que todos se quedarán dormidos para poder salir de su habitación,  eran al menos de las dos de la mañana cuando se tuvo que asegurar que su padre ya se había acostado a dormir, los últimos días había estado algo paranoico a pesar de que el ministerio le había ofrecido vacaciones, y así, relajarse, no solo por la muerte de Peter si por sus labores como Auror.

Utilizar la red flu, no era la mejor de las ideas pero, estaba seguro que sí utilizaba la red flu para salir de casa sus padres le escucharían y, utilizar la aparición no era lo más seguro en ese momento. Arrojar los polvos y susurrar el lugar y la persona con la que quería hablar no fue complicado.

Entre las cenizas apareció el rostro de Severus, Harry tuvo que evitar estirar sus manos y tocarlo.—Buenas noches, Sev.

—¿Noches? Ya es de mañana, esposa.—Se burló Severus, observando los bonitos ojos del joven.—He decir que detesto que hayas regresado a tu casa, no puedo tocarte, ni abrazarte.

Harry suspiró, se recostó en el suelo sin dejar de vez la chimenea.—Lo sé, también te extraño, Severus.

El mayor soltó una risita.—Tal ves podamos cometer una locura un día de estos, e   invitarte a conocer mi casa.—Murmuro.—Es algo peligroso, pero.. no quiero morir sin tenerte de nuevo entre mis brazos.

El Gryffindor rodó los ojos, sus mejillas estaban enrojecidas.—Me preocupas, Severus, estás haciendo uso de muchas frases románticas estos últimos días ¿Qué quieres?

—Sabes lo que yo quiero…—Casi fue un susurró que hizo erizar al más joven.—Y no dudo que también lo quieras.

—Eres un pervertido.—Harry suspiró, mientras cerraba sus ojos levemente, negar el hecho que quería experimentar nuevamente un encuentro íntimo con Severus sería mentirse así mismo, quería que esos enormes brazos le apretujaran, ser besado y.. penetrado.

—¿No te lo dicho? No hay mucha diferencia entre un pervertido y yo.—Severus rio nuevamente.—¿Cómo haz estado? ¿Tu padre sigue con ganas de matarlos a todos?

Harry se mordió los labios.—La verdad, no lo sé, él no habla mucho sobre eso cuando estoy presente, tal vez no quiere preocuparme.

—Que buen padre tienes, Harry.—Se burló, entonces decidió en no alargar más la llamada.—No vayas a Hogsmeade en estos días, podría ser peligroso.

El Gryffindor no pudo evitar preocuparse.—¿P-por qué?—Pregunto, y sin que Severus le respondiera, se respondió así mismo.—¿V-va a ver un ataque?

—Tal vez si, tal vez no, solo hazme caso y no hagas ninguna imprudencia ¿De acuerdo?—Pidió.

El joven asintió.—Si, yo… No iré.

—Perfecto, cuídate y, prepárate, Harry.

El joven río nerviosamente y asintió.—Te quiero, Severus, y.. si, bueno, resultas herido, yo iré a ayudarte. Solo tienes que avisarme ¿Si? ¿Por favor?

—No lo dudes, también te quiero, esposa.

Harry asintió y con una sonrisa se despidió  de Severus, una vez y la llamada a través de Flu termino.  El joven Gryffindor subió las escaleras y se encerró en su habitación. Odiaba sentirse inútil, odiaba el no saber cómo ayudar a Severus, pero.. tampoco quería cometer un error y condenarlo, a una muerte cruel.

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James se maldijo al no lograr convencer a Sirius (quien actualmente era el auror en cargado) de enviar un escuadrón a Hogsmeade para hacer rondas seguridad, aquellos dos días se habían ido tan rápidos que, había sido incapaz de dormir la última noche.