41.-

2.1K 325 37
                                    

Hermione, consoló a su amigo, luego de haber escuchado la larga historia tras su romance con aquel hombre llamado Severus Snape, un mortifago y espía de la orden del fénix, la joven le abrazo con fuerza mientras este sollozaba sin control. No podía juzgar, ni condenar, sabía que el amor obraba de muchas formas y, si bien, era curiosa la forma en que Harry se había conocido con este, agradecia que en ambos hubiera florecido un bonito que amor que, incluso, había sido capaz de salvar del padre de Harry.

—Entonces... ¿Nadie sabe que tu y el están juntos? —Susurro.

Harry negó, se limpio las lagrimas dejando a la vista sus enrojecidos ojos. —No, no se lo he dicho a nadie, ahora lo único importante es la maldición que avanza cada hora en el cuerpo de Severus, papa ha estado buscando alternativas, pero... no conseguimos nada. Mama me ha dicho que... si sigue así, S-Severus no llegaría con vida hasta finales de este mes, Mione...

La chica suspiro largamente, la voz angustiada de su amigo le hizo estremecer, ciertamente era incapaz de percibir el dolor en su voz—Encontraremos una forma, te lo prometo. He adquirido algunos libros con información bastante "clasificada" —Le susurro—Buscaré una pista, tal vez lo que el necesita no es un contra hechizo si no, otra cosa... un elixir o... beber algo, no se, ya sabes como son las cosas en el mundo mágico, Harry.

El chico asintió, y tembloroso le sonrió a su amiga—Mione, yo. gracias por no juzgarme, te quiero demasiado.

—Harry, nadie puede juzgar a una persona enamorada, además, repito, el debe amarte demasiado, se volvió espía por ti, salvo a tu padre y no le importó recibir una maldición, Harry, es oro puro, si no lo quieres tu, lo quiero yo—Bromeo ella, llevándose un pequeño empujoncito.

Harry rio entre el ardor de sus ojos—Él es mío, Mione.

-W-W-W-W-W-W-WW-W-

Sirius fue despertó por Remus luego de quedarse dormido sobre su escritorio. Había leído muchos libros con magia y rituales oscuros que se hallaban en la enorme biblioteca de su familia, y hasta ahora había encontrado cosas interesantes, aunque no sabía si eran capaces de servir en algo contra la maldición que consumía al hombre.

—Mi cuello—Se quejo el auror masajeándolo—¿Todo está bien? ¿Cómo está Snape?

Remus tomo asiento frente a su esposo—Bueno...—Trago ruidoso—Los vómitos han aumentado y su sangre al parecer, se esta descomponiendo—Murmuro—Se esta volviendo más oscura y tiene oler fétido, su piel esta bastante pálida y han comenzado aparecer moretones en el cuerpo.

Sirius se removió al escuchar tales cosas, no quería saber cómo sentía experimentar eso. —Estoy seguro que encontraremos una forma de contrarrestar la maldición, Lily debería crear un filtro purificador, y... no se, puede seguir dándole pociones nutritivas y...—El auror suspiro sin saber cómo proseguir—No merece morir de esa forma.

Remus asintió, viendo sus propios zapatos—Lo juzgue mal, quiero decir, ambos se hacían pasar como amantes para que el ya-tu-sabes-quien pudiera darle información a Snape, y... eso, se que obré mal, pero creo que b-bueno... no estoy tan alejado de la realidad.

El Black observó a su esposo sin entender lo que decía su esposo—¿De que hablas? —Pregunto—¿Qué no se te hace tan alejado?

El licántropo trago ruidoso, no quería sonar mal intencionado, pero...—C-creo que J-james, b-bueno. —el hombre negó, lo mejor no era hablar del tema, no cuando había una persona a punto de morir—Nada, olvídalo.

—No estés imaginando cosas, Remus—Suplico Sirius—El sacrifico su vida por James, evito que ocurriera una tragedia, y, si bien, fue seguidor de ese hombre tiempo atrás, Snape hizo lo que muchos temieron hacer y, logro terminar lo que mi hermano no pudo hacer.

El mortifago & yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora