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Harry entró con extremo silencio a la habitación que había sido asignada para el cuidado y protección de Severus. Su padre se hallaba sentado en una silla al lado de la cama del hombre dormido. La preocupación era notoria en sus ojos, ya no había heridas abiertas en el cuerpo del auror, luego de casi dos días, James estaba bien de salud, y su cuerpo sano. Harry, había escuchado la verdad tras la aparición de Severus.

Severus había decidido traicionar al señor tenebroso y, eso lo hizo contactando a su padre e informándoles no solamente sobre la traición de Peter, si no, sobre los Horcrux y todos los posibles ataques y enemigos ocultos que tenía la orden. Severus, al final de cuentas, había decidido tomar en cuenta su opinión, sobre ser libre.

—¿Papá? —Harry se acercó a su padre con una pequeña bandeja en manos—¿Por qué no vas a descansar? Yo... me quedaré a cuidarlo—Susurro con la esperanza que la propuesta fuera aceptada. Era imposible el no sentirse impotente ante tal situación.

Su padre, parecía bastante afectado. Posiblemente, al este pensar que era su responsabilidad el estado de Snape, cuando en realidad... la única persona responsable de que Severus estuviera así era él. El, Harry Potter. Él había sido la persona que tiempo atrás le había insistido una y otra vez que se pasara al bando de la luz y ahí, estaban las consecuencias de la tal acción.

Decir que se sentía destruido era poco, las inmensas ganas de llorar difícilmente podía controlarlas, ya había sollozado con gran intensidad la noche anterior. Incluso, al despertarse lo había hecho, se suponía que él debía ser el consolado, el, que tenía una relación con Severus, él quien era el dueño de su corazón, él quien sabía todos sus secretos.

Pero no, la simplemente tenía que callar y ocultar el lazo que los unía, a pesar de que la idea de contarle a sus padres la verdad había cruzado por su mente, decidió que no era el momento correcto, la situación no era la adecuada para revelar tal verdad, todo podía malinterpretarse y, Severus ya tenía suficientes problemas para cargar uno nuevo.

—Fue mi culpa—La voz de James, sobresaltó al joven chico, casi pensando que su voz había salido sin permiso de su boca—Si él muere, será mi culpa. Me lo dijo, una y otra vez, que tuviera cuidado, que no tocara los Horcrux, se que fue un accidente, pero por mi estupidez, él está muriendo.

Harry sintió su estómago retorcerse, el dolor era genuino en su padre. Con cuidado, colocó la bandeja en la orilla de la cama—Papá, no arreglas nada culpando, estoy seguro que el señor Snape se recuperará de esto.

El auror fue incapaz de sonreír, el rostro de Severus no tenía buen aspecto, su pulso era débil, su piel estaba más pálida de lo normal. James, suspiró largamente, aceptó la taza de té que su hijo le ofreció y la bebió hasta la mitad, sin ser capaz de terminarla. —Lo único que me tranquiliza, es que todos estamos seguros aquí, en el pequeño castillo familiar del director Dumbledore. Aquí no corremos peligro, Harry.

El chico asintió, observando a Severus dormir. Ojalá y despertara, ojalá y pudieran encontrar una cura para la maldición de la cual era víctima. Harry se colocó de pie de un salto al ver los paradores de Severus temblar, luego escuchó una especie de chillido y el mago, vestido con ropajes grises por la comida, despertó.

—¡Severus!

Harry no tuvo tiempo de acercarse, ni siquiera de decir su nombre. James ayudó al hombre a sentarse.

—¿Severus? Maldita sea ¿Cómo te sientes? ¿Severus? —James tocó su rostro, pero el mortifago con gran dificultad apenas lograba mantenerlos ojos abiertos. Los ojos negros de Severus se posaron sobre los chocolates de james para segundos después observar los verdes de Harry.

El porcionista abrió la boca para decir algo, pero se atragantó algo y vomitó.

Harry abrió sus ojos aterrorizado al ver como un líquido carmesí ensuciaba las sábanas y parte de las ropas de Severus. El joven gryffindor tembló, al tiempo que se sentía paralizado por el miedo.

No, no, no ¡No podía estar pasando! Severus estaba muriendo, estaba muriendo y era su culpa.

—¡Busca a Lily! —El grito de su padre le trajo de nuevo—Busca a Lily, dile lo que ha pasado ¡Corre Harry! ¡corre!

El chico asintió tembloroso, ni siquiera supo lo hizo, pero salió velozmente de la habitación en busca de su madre.

James sintió como las lágrimas bajaban por su rostro, limpio como pudo la boca de Severus con un pañuelo y, quito cambió la cobija que le arropaba por una nueva.

—Lo siento, lo siento—Susurró una y otra vez—Lo siento, Severus—Sollozo el auror con dolor—Todo esto es mi culpa.

Severus aún se mantenía despierto, no tenía fuerzas para hablar. Sintió como James le acomodaba y, tomaba una de sus manos, apretándole con fuerza.

—T-te prometo que te recuperaras ¿Vale? Te lo prometo—Susurro con seguridad sin dejar de temblar. La mirada oscura sobre él, lo hizo sentir más aturdido, más culpable—Ya hemos anulado la marca, estás libre de eso, así que... ahora, encontraré la cura de esto, te lo prometo.

La puerta de la habitación se abrió bruscamente, Lily se acercó con rapidez al mortifago, sacando de una cajita que traía consigo unas cuantas pociones—Hola...—Susurró ella, confirmando sus signos vitales—Mi nombre es Lily, creo que ya me conoces, nos topamos esa vez en Diagon ¿Verdad?

Severus no respondió, sus ojos parecían cerrarse solos.

—¿Duele? Seguro te duele...—La voz de la mujer tembló—Te daré algo para el dolor, y una opción nutritiva, me dijeron que eres experto en pociones—Susurro con rapidez, llevando un vial a la boca del pálido y haciéndolo beber—Todos estamos buscando la forma de anular la maldición.

Severus no pudo mantenerse despierto, sus ojos se cerraron, cayendo nuevamente a la inconsciencia.

—He encontrado un filtro bastante potente para disminuir en gran escala su dolor, demora una semana en desarrollarlo, así que, una vez y se lo administre, podrá despertar y tal vez él mismo nos de pistas sobre lo que está ocurriendo—Expresó la medimago, mientras hacía anotaciones de lo ocurrido en una especie de seguimiento—Solo esperemos que, su cuerpo resista hasta que esté listo, ya que... la maldición está degenerando y, por eso hoy ha vomitado. Buscaré filtros especiales.

James asintió sin mirar a su esposa. Apretó la mano de Severus con fuerza, prometiendo que haría lo que sea para regresarle la salud que ahora le estaba siendo arrebatada.

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BUENO, COMO LO ANUNCIE EN EL GRUPO

MARATÓN DE MORTIFAGO Y YO

PDT: para las seguidoras de Muggle, fue actualizado en archives

Uwu

Quiero leer sus teorías ve ;w;

7 CAPÍTULOS PARA QUE FINALICE NUESTRO FIC

Nos leemos mañana

Bye uwu

El mortifago & yoWhere stories live. Discover now