la verdad

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Johnny y Daniel se sentaron en el comedor dispuestos a por fin hablar de su relación.

- Johnny, yo...

- Sabes, casi me morí, cuando leí esa carta deseaba morir, quería que alguien me matara, se que es estupido, pero me había enamorado de ti Daniel, había dejado todo por ti.

- Lo se Johnny, lo sé.

- No, no tienes ni idea de lo que hice por ti.

- Johnny, déjame contarte la historia por favor.- Johnny dejó de hablar mientras negaba con la cabeza y Daniel empezó a contar los hechos.

- Cuando viajé a Okinawa, ahí todos eran muy amables e increíbles, conocí a Kumiko, Yukie, al papá del señor Miyagi y a Sato, desde un principio este quizo que el señor Miyagi peleará a muerte por algunos problemas que ambos tenían en el pasado.

No sabía de que forma poder ayudar al señor Miyagi entonces le pregunté si había otra forma de solucionar los problemas, al principio me dijo que no, pero luego Kumiko me dijo que había otra solución; que yo me casara con ella, es cierto, suena descabellado, pero es una tradición que las chicas se casen bastante jóvenes.

No sabía que más hacer por el señor Miyagi y acepté. Siempre me acordaré de la reacción de mi mamá cuando la llamé, no podía creerlo, yo casado. Me preguntó si yo quería a Kumiko y le dije que si, ademas Okinawa me gustaba mucho y mi futura esposa era mi mejor amiga. Mi madre no pudo hacerme cambiar de opinión, debía salvar al señor Miyagi, al pueblo, a Kumiko, a la Tía Yukie, necesitaba hacerlo.

Un día antes de casarme te escribí esa carta, pensaba que decirte que me había besado con Kumiko era mucho menos doloroso que decirte que me casaría, estoy seguro que hubieses tomado un avión y habrías llegado a Okinawa a parar la boda, y nos matarían a todos. John, si me hubieses escrito de nuevo estoy seguro que habría echo de todo para verte, abrazarte y besarte de nuevo. Se que fui el peor del mundo, lo sé, no merezco tu perdón ni nada por el estilo, lo siento John.- Johnny no podía articular palabra, sus ojos se desorbitaron y su piel quedó pálida.

- Entonces, ¿tú no te casaste con Kumiko por qué la amabas?, LaRusso, ¿tú amaste a Kumiko alguna vez?

- No, no me casé con ella porque la amaba. Pero luego si lo hice, pasamos décadas juntos John, me encariñe con ella.

- ¿Cuándo dejaste de amarme?

- Después de unos años de casado con Kumiko me imagino, no lo sé. O quizás nunca te dejé de amar.- Johnny y Daniel quedaron en silencio por media hora, mientras LaRusso miraba los ojos de Lawrence y viceversa, ambos con los párpados con un par de arrugas más, pero se desprendían los mismos sentimientos que hace veinte años atrás.

Johnny desvío la mirada hacia la puerta.- ¿Me puedes decir donde se toma el taxi por aquí?.

- Yo te llevo, todavía me acuerdo de las calles hasta llegar a Reseda. Pero antes.- Daniel fue a su habitación y volvió con una caja. -Quiero que cuando tengas tiempo leas esto, ahora pensándolo bien, nunca deje de amarte John.

El rubio abrió la caja la cual estaba llena de cartas, en específico 240.

- Te escribía una vez al mes, algunas veces me sentía muy solo y quería llamarte, pero me daba vergüenza.

Johnny quedó perplejo, ¡Daniel le había escrito cartas por veinte putos años!. Luego de salir de ese trance Johnny leyó una de las cartas que habían en la caja.

"Okinawa, 1996
Hola Johnny, feliz cumpleaños, ya tienes treinta años, a mi todavía me queda un año para llegar a esa triste edad, hoy fui a la playa y me acorde de ti, de tu cabello rubio, ojos azules y la sonrisa más hermosa del mundo, como desearía volverte a verte, a acariciaste, a besarte, a hacerte el amor, pero es imposible para mi volver a verte luego de lo que te hice, espero que tengas a alguien que te ame mucho, más de lo que yo hice, y nuevamente, ¡feliz cumpleaños!, Se despide Daniel LaRusso."

- Nunca te he merecido John

El rubio estaba totalmente confundido, e hizo lo que menos tenía que hacer. Agarró a Daniel del rostro y puso sus labios en los del moreno, enredó sus manos en el cabello oscuro de LaRusso, mientras que este último acariciaba la espalda de Johnny y le daba más intensidad al beso, a ambos se les caían algunas lagrimas por las mejillas, al final se separaron después de unos minutos. Con los labios hinchados, los ojos vidriosos y el cabello enredado ambos rieron. Seguían besándose como unos adolescentes.

- Te extrañé Daniel

- Yo más John

Daniel volvió a besar a Johnny. -¡Mi hijo, mi esposa!, mierda LaRusso, tengo que irme.- Johnny salió rápidamente dejando solo a Daniel quien apenas había entendido todo lo que había pasado en unos minutos.

Lawrence volvía a casa con la culpa a flor de piel, un día, solo un día vio a Daniel y se le echó encima, ¡increíble!, puso sus manos en los ojos para pensar un poco de como debía pedirle disculpas a su mujer.

-Llegue!, lo siento Shannon, me quedé con mi amigo que no veía hace tiempo- Johnny besó la frente de su esposa.

- Lo importante es que estás bien, pero para la próxima me avisas.

- No, no volveré a hacerlo, lo juro.

- Acuérdate que hoy está la cena, debemos ir para ver si encuentro un mejor empleo y quizás tú deberías hacer lo mismo. Por cierto, ¿quien era tu amigo?

-¿Mi amigo?, ah, si, LaRusso es un ex compañero, estaba viviendo en Okinawa y volvió a Los Ángeles.- Shannon lo escuchaba mientras vestía a Robby

- Siento que he escuchado de ese tal Daniel LaRusso en alguna parte.

- No, no conoces a Daniel, como te dije, recién llegó de Okinawa.- Johnny tomó una ducha y se preparó para la cena.

Shannon se veía elegante y hermosa, le dejó unos recados a la niñera de Robby mientas guardaba algunas cosas en su bolso.

Johnny y Shannon llegaron a la cena, todo Los Ángeles se encontraba ahí, hasta el mismísimo Daniel LaRusso que vestía elegante y sexy a la vez, Johnny no podía dejar de mirarlo y Daniel tampoco a él. >>¡gran fiesta!<< pensaron los dos.

 >>¡gran fiesta!<< pensaron los dos

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