Capítulo 10

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Llegué a casa y agradecí la soledad que reinaba, todos trabajaban.

Subí a mi cuarto, y me desplomé en la cama mirando el techo que conocía de memoria.

Necesitaba dormir, necesitaba hablar con Rojo.

Que me explique todo aquello.

Tratándose de él, no tenía sentido la forma en la que me había mirado cuando lo abracé.

Tanta sorpresa, y algo más, que no logré interpretar entre tanto revuelo.

Él ya estaba acostumbrado a mis abrazos, siempre había sido así de efusiva cuando nos encontrábamos, desde que nos hicimos amigos.

Pero la forma en la que me tomó de los muslos, y cómo me tocó mientras me miraba, eso no era normal de él.

Sólo de recordarlo, se me hacía un nudo en el estómago.

Nunca me habían tocado así.

Casi podía sentir sus manos, aún en mis piernas.

Fue horrible.

¿Fue horrible?

Si, horrible. Obvio.

Respiré profundo y abrí los ojos, que se habían cerrado sin darme cuenta.

Sentía mis labios lastimados, de tanto que había estado mordiéndolos en las últimas horas, y decidí dejarlos descansar un rato. Volví a respirar profundo, soltando un suspiro que retumbó en la habitación.

Una idea estúpida vino a mi mente desesperada y dentro de mi desesperación, sonó a buena idea.

Caminé al cuarto de mi madre, y rebusqué en sus cajones. Al instante, lo que había ido a buscar, apareció frente a mí.

Miré la pequeña caja, como si fuera una bomba peligrosa.

Lo era.

Abrí la caja, y saqué un blíster que contenía varias pastillas.

Sabía, que ella tenía problemas para dormir, y recurría a esa solución cuando el insomnio la atacaba sin darle tregua. Sabía, que solo media pastilla era suficiente, así que, la corté en 4 y me llevé el pequeño pedacito a la boca, tragándolo sin dificultad.

Necesitaba dormir, y hacerlo a aquella hora y de forma natural, era prácticamente imposible.

Volví a mi cuarto y me acosté nuevamente.

Relajé el cuerpo y cerré los ojos, esperando que la pastilla hiciera su trabajo.

Lo hizo.

La fuerte luz del sol me encegueció de pronto, al enfocar la vista y acostumbrarme al brillo, pude verme en shorts y top. Frente a mí, una gran piscina celeste con mucha gente dentro invitaba a meterse. Me giré buscando, y lo vi.

Rojo, me miraba con una amplia sonrisa desde una de las reposeras, mientras, se ponía de pie.

Esperó por mí.

Estaba esperando que saltara a sus brazos como hacía cada vez que nos veíamos, pero no lo hice. Mis pies estaban atornillados al suelo, intenté devolverle la sonrisa, pero no pude disimular mi estado.

La sonrisa desapareció de sus labios, y su expresión cambió radicalmente.

Caminó hacia mí y se inclinó buscando mis ojos.

Lo miré y vi a mi amigo. Aquella mirada dulce y, ahora, preocupada, me terminó de desarmar.

Lo abracé con fuerza, cuando estuve segura de que era él, realmente. Me envolvió en sus brazos y con una de sus manos masajeó mi cabello con ternura, cerré los ojos y me sentí bien, por primera vez en las últimas horas.

Soñándote despierta. (Completa ✔️) (1)Where stories live. Discover now