Capítulo 48

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Llegó marzo y el cumpleaños de mi padre, no bajé a cenar con él, y por suerte, no me presionaron.

Hablé con mi jefe de la librería y me creyó que debía estudiar todas las vacaciones para recuperar notas bajas, era una gran persona el Señor Suarez.

Al décimo día de encierro, recibí un mensaje de mi padre.

"-Si no sales hoy de la cama, voy a llamar a un psiquiatra. No voy a dejar que te consumas en vida. -"

No me había dado cuenta de mi estado general hasta que leí ese mensaje.

Había llorado tanto y seguía haciéndolo, que mis ojos se sentían pesados y húmedos constantemente.

Quise responder al mensaje, pero no supe qué escribir.

Salí de la cama y caminé al baño.

Había evitado mirarme al espejo los días anteriores y lo que vi frente a mí, me asustó.

Estaba pálida, con ojeras muy oscuras y ojos hinchados.

Sentí pena por mi misma y humedecí mis labios secos.

Tragué saliva con esfuerzo y abrí el grifo, lavé mi cara varias veces y se sintió bien, era lo primero que me provocaba algo en, lo que parecía, una eternidad.

Me bañé y dejé al agua llevarse lo malo. Le pedí a Dios, a los astros y los ángeles que me dejaran volver a ser yo o, al menos. que me dieran fuerza para seguir.

No lloré, y eso ya era un avance.

Me vestí, abrí las ventanas, hice mi cama y ordené mi habitación.

Comí un poco de la comida que había dejado mi madre hacía algunas horas y se sintió bien.

Ocupé mi cabeza en eliminar cada mota de polvo que se había acumulado durante el tiempo que nadie limpió y también se sintió bien.

El viento helado sopló con fuerza y tiró el papel con el número de la madre de Gabriel al suelo.

Lo tomé como una señal y lo levanté con determinación.

Había llegado la hora de hacer algo al respecto.

Marqué el número y aguardé, mordiéndome el labio con fuerza.

-Hola. -

-Hola, buenas tardes, soy Azul. No sé si me recuerda. -

-Sí, que necesitas. -

Su voz era tan distante como lo era ella personalmente.

-He sabido que su hijo despertó, y quería saber si es posible visitarlo. -

Se mantuvo en silencio y me puse impaciente.

- ¿De dónde lo conoces? -

Maldita pregunta...

-Nos conocimos por internet hace un tiempo, éramos amigos. -

Volvió a guardar silencio y la oí hablar muy bajo, como si hubiese alejado el teléfono de su boca.

"- ¿Conoces a alguien llamada Azul? -"

"-Siii... Claro. -"

Se me congeló la sangre, era la voz de Rojo del otro lado de la línea.

- ¿Cuándo quieres venir? -

-Ahora mismo salgo para allá. -

Colgué el teléfono y la emoción me cubrió por completo, iba a ver a mi amigo, iba a ver a Rojo.

Soñándote despierta. (Completa ✔️) (1)Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang