1 de marzo, 2222
- Buenos días - Saludo al llegar al comedor donde los reyes y el principito insolente ya están desayunando.
- Buenos días, querida - Me saluda Mary con una sonrisa.
Yo le correspondo el gesto y tomo asiento acomodando mi vestido color gris, ajustado a mi cuerpo, con escote pronunciado y botones que recorren el inicio de la unión de mis pechos hasta mi cintura que está rodeada por un listón.
Casi por inercia observo a Edward quien se quedó congelado, literalmente.
Su mano quedó suspendida en el aire, ya que estaba a punto de meterse un bocado de wafle a la boca.Me observa de abajo a arriba de forma casi depredadora pero finalmente reacciona y sigue el camino de su mano tomando al fin el bocado.
- Hoy tendremos un juego de Polo, no es necesario que asistas si estás muy cansada, pero eres bienvenida - Me avisa el Rey Phillip acabando con la tensión - Edward jugará. En caso de que quieras asistir puedes jugar o solo observar.
Si, estoy muy cansada, ayer me quede hasta las tres de la mañana hablando por teléfono con Charlie, sin embargo, quiero asistir a ese jueguito, solo para ver la humillación que se llevara el insolente si llega a perder.
- Me apetece asistir.
- Que gran forma de arruinar el juego desde ahora - Susurra Edward molesto.
- Edward, por favor - Ruega su padre en una reprimenda, pero Edward solo puede asesinarme con la mirada.
¿Qué creías principito?, ¿Que iba a abrirte las piernas tan fácil?
Edward mira su celular un momento y después habla - Ya no tengo hambre - Avisa poniéndose de pie y retirándose del comedor.
Disimulo una sonrisita tomando un poco de mi jugo y comienzo una conversación con mis futuros suegros.
- Una vez que Edward y tú se casen, Mary y yo nos mudaremos al castillo de Cannes.
- Eso queda al norte, ¿Me equivoco? - Inquiero.
- No, no te equivocas.
Asiento y vuelvo a hablar después de terminar de masticar mi bocado - ¿Por qué se mudarán? Este castillo es demasiado grande.
- Edward y tu necesitan privacidad para poder convivir y familiarizarse con su nueva vida y sus nuevas responsabilidades. Necesitan espacio.
- Bueno, entre guardias, mucamas, doncellas, mayordomos, cocineros, jardineros, hay más de 500 personas trabajando en este palacio y casi alrededor de 100 viviendo aquí. No creo que eso cumpla con la definición de privacidad. No se sientan presionados por irse debido a mi matrimonio con Edward, al fin y al cabo, esta es su casa. Su hogar.
- Rose, querida, Phillip y yo queremos descansar, queremos tranquilidad. Ni siquiera hemos podido disfrutar bien de nuestra nación ni de nuestro matrimonio. Sabemos que Salvatore está en buenas manos contigo y con Edward.
- Abdicaremos del trono en cuanto Edward y tú se casen. Así que serán coronados al día siguiente de su boda y oficialmente serán los reyes de Salvatore.
La fresa que estaba consumiendo queda atorada en mi garganta debido a la sorpresa y comienzo a toser como una loca.
Una mucama se acerca a mi para auxiliarme, pero hago una seña con mi mano para que se detenga, al igual que a la reina quien también estaba a punto de ponerse de pie para ayudarme. Tomo un poco de jugo y respiro hondo y profundo para calmarme y entonces hablo - Nuestra boda es en dos semanas. No sé nada del gobierno que se lleva a cabo en este reino o de como liderarlo. Soy la menor de mi familia, ni siquiera me han preparado para ser reina y aunque admito que es algo que siempre he querido, no veo conveniente arriesgar el bien de Salvatore debido a mi inexperiencia....
STAI LEGGENDO
Supremacía [Poder #1].
RomanceLa princesa Rose Lennox es una mujer que sabe perfectamente bien lo que quiere, tiene esencia de reina aún cuando no es la heredera de la corona. Al conocerla solo podrías amarla u odiarla, pero jamás un punto intermedio. El principe Edward Salvato...