Capítulo 2

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Adam estaba en su oficina revisando unos papeles. Oyó la puerta abrirse y levantó la cabeza; Derek sonreía inocentemente.

—¿Puedo pasar? —preguntó el moreno. Adam puso los ojos en blanco.

—Ya estás a dentro, idiota —contestó. Derek rió y terminó de entrar cerrando la puerta detrás de él— ¿Qué se te ofrece, guapo? —bromeó.

—Necesito que firmes esto —le tendió unos papeles, Adam los tomó leyendo el contenido— Ronnie creció, era una niña cuando me fui.

—Todos crecemos, hermano —exclamó Adam sin despegar la vista del documento.

—¿Cuántos años tiene? —preguntó Derek, el ojiazul levantó la vista del papel y lo vio interrogante.

—Veintidós, este fin de semana cumple veintitrés —respondió mirándolo con los ojos entrecerrados.

—Recuerdo que era una niña, ahora es toda una mujer —dijo con un brillo en los ojos el cual a Adam no se le escapó.

—Así es y una muy buena, poco tiempo después de irte cambió por completo —comentó el mayor— dejó eso de salir con sus amigas y gastar dinero en lo que sea, subió sus notas, se interesó por la cocina; mi madre la tuvo que inscribir en clases de eso  porque ella no dejaba de molestarla con ese asunto. Incluso quería apresurar su desarrollo; quería que su cuerpo cambiara lo más rápido posible. Cuando eso pasó te imaginarás que tenía la pistola lista contra la bola de mocosos detrás de ella. —sonrió recordando aquellos tiempos.— Pero aún así los chicos no la dejaron, hubo uno que la visitaba casi a diario —Derek apretó los puños— mamá lo dejaba porque quería que Ronnie empezara a interesarse más por los chicos que por la cocina, pero ella no quería lo mismo, una vez le pregunté y me dijo que estaba esperando a alguien. Fue raro, pero para papá y para mí eso estaba bien porque significaba que podíamos guardar los puños y las pistolas por un tiempo.

—¿Y nunca tuvo novios?  —preguntó Derek recargándose en el escritorio.

Nop, a menos que nosotros lo supiéramos, no —contestó Adam— ¿Y tú por qué tan interesado en mi hermanita?  —preguntó cruzándose de brazos.

—Bueno porque... hace tiempo que no sabía de ella —contestó el menor— es tu hermana, no te preocupes.

—Que bueno que lo tengas presente, Derek. Ronnie es mi hermana MENOR —remarcó la palabra— y no dudes en que le pateare el culo a quién la lastime, sea quién sea.

Derek asintió lentamente.

* * * *

—¿Conocías a Derek? —preguntó Zoe mientras su cuñada conducía.

—No, ya dije que no —contestó seca.

—Nos conocemos hace 3 años, Ronnie, por ti estoy con Adam —comentó la rubia— somos amigas y te conozco muy bien ¿qué sucede con Derek?

—Lo sé, Zoe, me gustaría contarte pero...

—Si lo que te preocupa es que le diga algo a Adam, olvidalo. Adam es mi novio pero tú eres mi amiga y mi cuñada, te quiero como a una hermana y me gustaría que confiaras en mí, quiero ayudarte —murmuró Zoe tomando la mano de Ronnie, ella sonrió.

—¿Recuerdas nuestros sábados?  —preguntó Ronnie, Zoe la miro con una cara traviesa— todo antes de que conocieras a Adam. Fuiste mi mejor amiga, Zoe y lo serás siempre.

—Lo mismo digo, cariño —Zoe sonrió ampliamente.

—Te voy a contar, pasó mucho antes de conocerte...

—¡Espera! —la interrumpió la rubia— vamos a mi casa, podemos pasar todo el día juntos, Adam llegará hasta la noche así que puedes contarme todo tranquilamente.

Ronnie asintió aumentando la velocidad.

· · ·

—Siento si encuentras un desastre, Nico está a dentro —comentó Zoe abriendo la puerta. Un pequeño ladrido se escuchó cuando la puerta se abrió completamente y un pug de ojos grandes saltó a los pies de Zoe.

—¡Nico! ¡Hola amor, llegó mamá! —exclamó levantando al perro y haciéndole cariños— ¡Saluda a tía Ronnie, es la primera vez que viene! —tomó la pata del perrito y la movió de lado a lado simulando un saludo para la tia Ronnie.

—Hola Nico, es un gusto —habló ella. Zoe lo bajó murmurando un ve a jugar.

—¿Qué te parece si cocinas algo para la cena mientras me cuentas todo? —sugirió la rubia, Ronnie lo miró entrecerrando los ojos.

—Sólo por eso me has traído, ¿Cierto?

—En parte, es que no tengo ganas de cocinar —murmuró la chica— te puedo ayudar en lo que quieras.

Ronnie rió y empezó a sacar cosas del refrigerador mientras le iba contando su historia a Zoe.
· · ·

Ya había oscurecido y ella sacaba la lasaña del horno, Zoe la miraba pensativa.

—Entiendo porque no dijiste nada, si Adam se hubiera enterado... —murmuró con la mirada perdida— ¡Ay Dios! ¡Si Adam se hubiera enterado, mataba a Derek y a ti te encerraba en lo más alto de una torre y si Derek sobrevivía te iría a buscar a esa torre y lucharía contra todo con su espada -en su caso con su pistola- cómo en los cuentos!

—No soy una princesa, Zoe, además, para Derek era una niña que estaba experimentando, él me lo dijo —exclamó cabizbaja. Zoe la miro con tristeza.

—Y a ti te duele que haya dicho eso ¿verdad? —preguntó ayudándole con el agua fresca que preparaba, Ronnie se quedó callada un momento y cuando iba a hablar el ruido de unas llaves la interrumpieron.

—¡Zoe! ¡He llegado amor, invité a Derek a cenar! —exclamó Adam desde la puerta.

Zoe miró a Ronnie, su cuñada estaba estática con el cuchillo en la mano. Se acercó y lo retiró de sus manos.

—Tranquila ¿sí?, le diré a Adam que no me siento bien y que le pida a Derek que se vaya —susurró.

—No, es amigo de Adam. Estoy bien y yo seré la que se irá —murmuró reaccionando— termino con esto y me voy.

—Yo creo que no está —se escuchó la voz de Derek.

—Ve, Zoe, me iré en un momento.

La chica obedeció y salió de la cocina.

—Aquí estoy, amor, ¿que sucede? —preguntó una vez que salió de la cocina, Adam le dio un beso antes de señalar a Derek.

—Lo invité a cenar, quiere probar tu deliciosa comida —dijo el ojiazul. Derek lo fulminó con la mirada, su amigo ya le había dicho sobre la comida de su novia.

—Pues lo siento, hoy no habrá de mi comida... Ronnie me hizo el favor de hacer la cena. —dijo viendo la reacción de Derek al mencionar el nombre de su cuñada. Adam por otra parte estaba emocionado.

—¡¿De verdad?! —preguntó caminando hacia la cocina, Zoe miró a Derek una vez que su novio los abandonó.

—Ya conocías a Ronnie ¿No? —preguntó viendo sus uñas.

—¿Qué?... digo, sí. Casi de toda la vida —contestó el moreno tragando saliva. Zoe asintió mirándolo, Derek se movió incómodo.

—Toma asiento, Derek, iré a impedir que Adam se coma todo. —murmuró Zoe Antes de meterse a la cocina.

《Mía》Where stories live. Discover now