Capítulo 21

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Ronnie pasó el pincel por la pared continuando con su obra, estaba trazando algunos dibujos y el nombre que había elegido para su hija. Recordaba el día en que se la había pasado buscando algún nombre para darle a la niña. Y cómo por arte de magia Dennie había salido de todas las combinaciones que había estado haciendo. Terminó de trazar una mariposa y dejo la acuarela sobre el mueble a su lado. Hoy estaba sola metida en la habitación de su hija, procurando tenerla lista para ella antes de que llegara la fecha que le había sido destinada para el parto.

-Mamá sólo espera que respetes esa fecha, mi amor -susurró tocando su vientre. Un movimiento llegó y le hizo sonreír.

Bebió un poco de agua antes de entrar al baño para lavar sus manos y quitar las manchas de pintura. Cuándo salió nuevamente observó la colorida habitación, todo lo tenía listo; esperaba a su hija completamente lista para cuidar de ella. Derek y ella habían preparado una maleta, la cuál llevaría el día del parto, el chico también esperaba a la niña con ansias.
Sonrió al observar el oso de peluche en una esquina, Derek lo había traído para la niña, el que había comprado para ella Ronnie lo guardaba en su cuarto después de haberlo traído (junto con el resto de las cosas que consideraba necesarias) de su departamento. La cuna que sería dónde Dennie descansaría había sido un regalo de sus abuelos, ellos también deseaban que la bebé estuviera con ellos cuánto antes.

Fue hacia el armario revisando la ropita que había coleccionado para la pequeña, tenía bonitos vestidos que le causaban ternura cuando los veía; eran pequeños al igual que los zapatitos con los que pensaba calzar a la niña próximamente. Cuando era adolescente y se imaginaba con hijos siempre se veía cuidando a una preciosa niña, vistiéndola, cepillándole el delicado cabello y sujetándolo en algunas colitas. No es que menospreciara a los niños, es más, también estaría feliz si estuviera por dar a luz a un hijo de Derek... un varón que sería igual a su padre y que ella amaría por igual.

¿Qué si sentía miedo?, claro que sí, Dennie era su primer hija, estaba aterrada pensando en los daños que podría causarle a su hija si no ponía las fuerzas necesarias para traerla al mundo. Ella necesitaba tener a la pequeña entre sus brazos y asegurarse que estaría bien.
A lo largo de esos meses mientras sentía su cuerpo crecer al igual que a la bebé soñaba con los días que pasaría al lado de ella, quizá iba a cambiar su estilo de vida pero no le importaba, Dennie era su mayor anhelo y su única preocupación.

-Espero que desees conocerme tanto cómo yo a ti, mi vida. Te he esperado por mucho tiempo con mucho amor y deseando verte crecer.

Tocó su vientre esperando algún movimiento. Recordaba haber deseado tanto que Dennie comenzará a patear de verdad tal y cómo su obstetra le había explicado. Cuándo Dennie había dado su primer patadita le había sido imposible contener las lágrimas pues de algún modo sentía que su hija respondía a sus palabras. El embarazo había sido una de las mejores experiencias en su vida, y que Derek estuviera con ella lo hacia todavía mejor.

-¿Ronnie? -la madre de Derek llamó desde la puerta, sonreía con ternura al verla. -Hija, te he estado buscando creía que estabas en el jardín.

-Quise terminar aquí -señaló la pared que había estado decorando.

-¡Pero hija, te quedó muy bonita! -la mujer entró por completo en la habitación.- Cuándo Dennie crezca verás que estará encantada con su habitación. -alentó.

-Eso espero -Ronnie sonrió sintiéndose cansada- Iré a darme un baño, Elena.


-Ve cariño, también creo que deberías quedarte quieta, vas de allá para acá durante estos días.

《Mía》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora