《Mía》

Capítulo 3

—¡Dios mío, prueba esto bebé! —exclamó Adam recibiendo a su novia con un pedazo de lasaña.

Zoe abrió la boca tragando el trozo que Adam le ofrecía.

—Está muy bueno amor —sonrió al ver a Adam comiendo animadamente.

—Bueno creo que es hora de irme —habló Ronnie, Zoe la tomó del brazo.

—¿Por qué? —preguntó Adam con la boca llena— ¿No te quedarás a cenar?

—No, es tarde tengo que irme. Mañana tengo que trabajar —dijo disculpándose.

Zoe aún de su brazo salió con ella de la cocina, Ronnie vio a Derek sentado en uno de los sillones; él al verla se levantó de inmediato.

—Bueno me voy, ojalá les guste la cena — murmuró tomando sus cosas.

Adam se acercó a Derek invitándolo a probar de su plato, él debatió entre probar y no probar; se estaba muriendo de hambre, Matt no había querido compartir lo que Ronnie le había dejado y eso se veía tan delicioso al igual que lo que sostenía su amigo en estos momentos.

—Será mejor que yo también me vaya, mañana tenemos mucho trabajo y estoy cansado por el viaje —comentó antes de que Ronnie saliera.

Adam lo miró confundido.

—Pero no has comido nada, además, ¿dónde carajo vas a pasar la noche? —preguntó ya que su amigo aún no tenía casa.

—En un hotel

—Puedes quedarte aquí Derek, sobra un cuarto ¿verdad, Adam? —exclamó Zoe.

—Verdad, bebé —Concordó el aludido.

—Muchas gracias chicos pero no quiero incomodar —murmuró Derek.— Ronnie ¿Podrías votarme en algún hotel? —preguntó mirando a la chica con una sonrisa.

Zoe gimió con Sorpresa.

—¿Estas bien, bebé? —Adam empezó a examinarla.

—Yo... no... no hay algún hotel en mi camino, lo siento —balbuceó Ronnie.

—¡Si hay! ¿Verdad Zoe?. Ese dónde nos escapamos una vez ¿recuerdas amor? —exclamó el ojiazul causando que el rostro de su amada se tornara de color rojo.

—Adam, come cariño —dijo ella, acariciando la mejilla de su novio.

—Entonces Llevame Ronnie, te lo agradecería mucho —insistió Derek. La chica suspiró y luego asintió.

—Entonces, adiós chicos. Te veo mañana Adam —se despidió Derek antes de salir.

—Adiós Zoe, gracias por... ya sabes... —susurró Ronnie besando las mejillas de Zoe.

—Gracias a ti, cariño. Con cuidado —pidió la rubia.

—Gracias por la cena hermanita —exclamó Adam, su hermana se despidió de él y luego salió de la casa.

—Pobre Ronnie —murmuró Zoe

—¿Qué?, ¿por qué? —preguntó Adam, Zoe se puso nerviosa.

—Nada amor, vamos a comer  —exclamó.

Adam la abrazó por la cintura y depositó un beso en su cuello.

* * * *

Ronnie conducía entre un gran e incómodo silencio.

—¿Así que no me conoces? —exclamó el hombre a su lado.

—No podía decir que sí —murmuró ella— yo era una niña, ¿recuerdas?.