Capítulo 6 Padre; segunda perspectiva

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- ¿Qué te dijeron?

- Lo siento, A-Xing. No pueden ayudarnos, corren demasiado riesgo.

El pequeño se sentó nuevamente en la mesada con el café ya frío en sus manos. Habían conseguido una posible ayuda pero no era la suficiente para sacar de allí a su hermano. Si bien a Fan Xing o a Yubin no le tenían bajo las mismas miras que a Zhan y a Yibo, igualmente guardias vigilaban su puerta y tenían los horarios pactados. Les vigilaban pero las cámaras no tenían micrófonos ni voces sonaban por los parlantes todo el tiempo. Las pericias que el psicólogo les hacía habían sido apenas la primera vez, pero luego, nada.

- A-Xing, A-Xing, cariño, no llores. Por favor, no.

- Le prometí a mamá que...

- Sé que lo hiciste - murmuró el pelirrojo, mientras abrazaba a su pequeño Omega desde el respaldo de la silla.

- A-Bin... - Fan Xing sintió los brazos rodearle mientras pequeños y castos besos eran depositados en su cabello. Se sentía caliente entre los brazos de su Alfa, pero la calidez se extendía mucho más allá que por sólo sus brazos, su cara, su piel. Hacia días que sus pechos se sentían calientes, sus lazos tirantes y más fuertes que nunca.

Un jadeo.

- Dime que no estoy loco, por favor. - murmuró entre las manos que acunaban su rostro, tomándolas y llevándolas a sus labios, besándolas e impregnándose en su aroma.

- No lo estás, pequeño. Yo también lo siento.

- Quisiera poder...hablar. Preguntarle a mi hermano sobre todo, sobre esto...pero tengo miedo.

- Sabes que son vigilados las veinticuatro horas del día, A-Xing. Y si preguntas, el foco de atención también se girará hacia nosotros y no quiero ponerte en peligro. No quiero que nada nos suceda.

Un latido.

- ¿Tú crees que...? - se giró, apoyándose en el respaldo de su silla mientras el pelirrojo se erguía y colocaba sus manos en los hombros de su Omega. - ¿Sientes que puedes transformarte?

Yubin frunció el labio.

- No estoy seguro, pero nunca estuve tan conectado a mi lobo como lo estoy ahora, luego de conocerte. - Meditó, asustándose por el rumbo de la conversación que estaban teniendo. - Mi pareja destinada...y es un niño de quince años.

Fan Xing le empujó, frunciendo el ceño.

- Pero te gusta este niño de quince años.

- Por favor, si lo dices así haces que suene horrible.

Ambos rieron, pero pronto el ambiente se volvió triste nuevamente. Ambos lobos estaban preocupados por su familia, y lo poco que pudieron hacer fue conseguir a alguien que le informara de todo lo que sucedía en los demás apartamentos. Qué hacían con Zhan, con Yibo.

Pero ellos no podían hacer mucho más que sólo pensar.

¡Alfa!

Fan Xing sintió su pecho tirar y llevó su mano hacia él, cerrando los ojos. Allí estaba, su Omega ladrando por el Alfa enfrente suyo. La pareja que la luna había elegido para él, y viceversa. La sangre que compartían con su hermano estaba bendecida, ambos cachorros de la misma manada desde el principio de los días, reencarnando para encontrarse siempre. Hermanos, parejas, manada.

- ¿Sabes? - habló el pelirrojo, aligerando el ambiente - es gracioso como ambos, tanto Yibo como yo, nacimos en una noche de luna llena.

Fan Xing levantó la ceja.

A mordidasWhere stories live. Discover now