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Me encontraba con la vieja en su jardín, le había contado con lujo de detalle (al menos lo que me habían contado) del hombre desconocido que había llegado a mi casa a pedir mi mano sin mi presencia, ella no lucia sorprendida y pregunté la razón. -Eres una joven preciosa y de corazón noble, sería raro que nadie pidiera tu mano-.

Hablamos de otros temas y después me pidió que cuidara de su casa unas semanas, a lo cual me negué, ya que debía ayudar a mi madre, ella insistió, incluso pidió que la llevara con mi madre.














Una vez en mi casa, le dijo a mi madre que a cambio de que yo cuidara la casa y arreglara el jardín (ya que tengo buena mano), me pagaría unos 5 mil yenes por día, intenté rechazar la propuesta, pero mi mamá y la vieja hicieron un trato, hice una pequeña valija con lo necesario para no dar tantas vueltas y me fui con la vieja, cenamos juntas una baguette con queso de cabra y a la mañana siguiente partió a su viaje.

El amante de las minasWhere stories live. Discover now