Capítulo 4: "Cita I"

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"A veces solo tienes que ser valiente y ser sincero para volver a tu hogar, a tu lugar seguro."

Faltaban exactamente 3 días para la cita acordada entre Harry y Louis, después de ese día simplemente se despidieron de un cómodo abrazo que talvez duro más de lo requerido, dejando el corazón de Bloody algo conmovido.

La relación entre Louis y Angeli era bastante buena a compación de otros ex amores, Harry se ilusionaba en demasía y esa voz rasposa y vieja lo regañaba, siempre era así, hasta que llegó Louis. En verdad no puede mentir que está algo preocupado por su amigo , porque vamos es extraño que a Bloody le agrade alguien ademas del rizado.

Por eso Harry se encontraba solo tanto en el aspecto amigable como el amoroso, aunque él nunca le reclamaba o peleaba ya que sabía las buenas intensiones de su querida vocecita. Aunque en varias ocaciones veía a varios jovenes pasar juntos en grupos alegres, riendo y bromeando entre ellos, sin evitar una chispa de envidia "¿Por qué yo no?" se repetía constantemente. Era frustrante el ser tan tímido incluso con Bloody le pasaba, tardó 5 años en poder responderle más alla de asentimientos de cabeza junto a pequeños "si" "no" "esta bien".

Es dificil crecer entre las sombras y más por su vida perfecta, su madre amorosa, un padre precente y una hermana comprensiva, pero siempre hubo un vacío, una falta de atención y cariño grande que con los años creció y creció sin que Harry pudiera detenerle. Era complicado no tener a nadie con quien hablar de sus amores, apezar de que sus progenitores lo aceptaban se sentía solo y eso lo hacía verse como un maldito narcisista.

Maldición, tenía una vida perfecta; padres comprensivos, hermana respetuosa y notas perfectas pero nunca fue suficiente.

Hasta que llegó aquel pequeño ser, un mundano que con solo ver sus ojos azules como el mar, unos labios delgados rosa claro que lo llamaban, cabello castaño con varios reflejos negros y rubios dandole luz a su cara con la cual fantaseaba dejar pequeños piquitos por toda esta y un cuerpo esvelto y sexy con un trasero gigante el cuál era dificil que sus ojos no se quisieran salir de la linea fija hasta bajar por su espalda a la vez que caminaba detras de aquel muchacho. Una dulce criatura, para un mostruo disfrazado de principe.

-Creeme si tuviera amigos les hablaría de tí. - Soltó al aire retenido. Ahora estaba hablando solo, genial.

Llegó a su departamento luego del trabajo, hace unos pocos días desidió terminar con su soledad adoptando a un pequeño cachorro el cuál llamó Piggie.

-Hola cariño. - Habló al pequeño ser que estaba tirandose prácticamente a sus piernas con impetud de escalarlas.

Lo tomó sentandose un momento para calmar al perro, al lograrlo luego de unos minutos caminó hasta la cocina verificando si hizo sus necesidades en el cuadro entrenador, era basicamente una toalla absorvente para enseñar al cachorro. Efectivamente hizo caso, "buen trabajo" murmuró en voz alta alcanzando el sobre de premios en forma de huesitos.

-Sentado Piggie, - dijo firme.

El cachorro lloriqueó e hizo caso.

- Buen chico. - Felicitó.

"AUUUUU" aulló feliz el cachorrito. Harry rió, hasta que un divertido pensamiento se precentó "ponte las pilas Lou, tienes competencia" soltando más carcajadas llenas de gozo. Del otro lado de la habitación estaba Angeli mirando al rizado con una ceja perfectamente arqueada.

-Vamos bluudy, - Maldito apodo de mierda.

- ríete, hace años no lo haces. - Pidió entre susurros.

-Dejame en paz Harry.

-Vamos solo una vez, porfi. - Hizo un puchero.

-No.

𝖌𝖍𝖔𝖘𝖙𝖑𝖞 𝖘𝖞𝖓𝖉𝖗𝖔𝖒𝖊| 𝖑.𝖘Where stories live. Discover now