noventa y cinco

272 51 3
                                    

— Recuerdo cuando estábamos saliendo, Minho — SeungKwan caminó con lentitud por aquella oscura y amplia habitación, los pocos muebles de esta habían sido corridos para dejar espacio, lo único que estaba en el medio de esta, eran las sillas donde la pareja estaba atada, cada uno en la propia, y a metros de distancia del otro.

Minho había sido el único de los dos que había peleado, incluso después de estar atado con fuerza, incluso, con más nudos que su novio.

Changbin, en cambio, sólo se había dejado, y ahora estaba sentado frente a Minho sin más, su cabeza gacha y su cabello cubriendo su rostro, sin querer ver nada y sin que se noten sus lágrimas, se sentía consumido por dentro por la culpa, Minho estaba allí por su culpa y no quería que su humano sufriera como él.

— Recuerdo cuando comenzaste con tus argumentos a favor de los híbridos y tal... — SeungKwan suspiró —. Tendría que haberte corregido más, Minho... ¿Lo hice varias veces no? Varias veces te hice entrar en razón...

— Me hacías lastimarlo — murmuró Minho, rechinando sus dientes —. Tarde en entender que eras un manipulador de mierda.

— Otro híbrido del montón lastimado, no hay nada que hacer.

— Hay que matarte para que ellos no sean lastimados.

SeungKwan rió.

— Nunca podrán conmigo, Minho — dijo, sonriendo ampliamente —... ¿Recuerdas cuando nos emborrachamos juntos? ¿Y después lo hicimos en el baño del lugar?

Changbin sollozó al escuchar eso, a pesar de que estaba más que seguro que había sido antes de que ellos comenzaran a salir, le dolió.

Y Minho se arrepentía de ese día un montón, puesto que había sido el mismo en que había llegado ebrio a la casa de Seungmin después de abandonar a su actual novio allí durante todo el día, y todos sabían qué había echo después.

— Fue la mejor cita que tuve en mi vida — dijo SeungKwan con una sonrisa.

— Fue de los peores días de mí vida — dijo Minho.

Kwan rió.

— Algo escuché de lo que hiciste después — dijo, sin darle importancia —. Pero fue nuestra última buena cita, Minho, por eso me da lastima recordarla. Después de eso comenzamos a discutir más, recuerdo que te ibas de tan malhumor.

— Y me las agarraba con todos para no romperte la cara... Si lo hubiera hecho antes.

— No me hablaste por días y cuando te pedí una última oportunidad me terminaste — murmuró el peliazul, en tono melancólico.

Había sido el mismo día en que Changbin había captado el olor de SeungKwan en sus ropas, después de que creía haberlo arreglado todo y sólo la había vuelto a cagar.

— ¿Y todo por él? — SeungKwan señaló al híbrido, Minho lo miró y se sintió quebrarse por dentro al verlo temblar por el llanto —. No te tenía así, Minho, antes eras distinto. Cambiaste por él.

— Y no me arrepiento una mierda — dijo el castaño, mirando los ojos oscuros del peliazul, quién apretó sus labios en una mueca.

— Sabes... Aún te amo — confesó Seungkwan —. Y sólo por eso, te voy a dar una última oportunidad para salvarte.

— Eres un puto psicópata y si fuera por mí no te habría ni hablado el primer día.

SeungKwan parecía sorprendido, algo brillo en sus ojos y Minho creyó que eran lágrimas, pero no sé sintió nada mal por estas.

En un movimiento rápido, el peliazul se acercó a él y levantó su mentón, unió sus labios con fuerza, en un beso bruto, que en un principio Minho se negó a seguir, hasta que tuvo una mejor idea y tomó el labio inferior de SeungKwan entre sus dientes para morderlo con fuerza, hasta que esté tuvo que separar con un quejido de dolor y el labio sangrando.

Una vez liberado del beso, Minho escupió la saliva del otro que había quedado en su boca, sintiendo su estómago revolverse con asco.

SeungKwan llevó una mano a la sangre que caía de su labio, con una mueca de dolor, miró el líquido rojo oscuro y su ceño se frunció.

— ¿Pero quién mierda te crees? — alzó su mano para abofetearlo, pero no tuvo tiempo de tocarlo cuando Changbin habló por primera vez en todo ese rato.

— ¡No! A él no... — rogó, sus mejillas estaban bañadas en lágrimas, atrajo las miradas de ambos, y por más que Minho negó, no le hizo caso —. Golpeame a mí.

Minho volvió a negar, a SeungKwan le causó verdadera gracia esa situación así que rió.

— Creo que te va a doler más si lo lastimo a él, ¿Verdad? — preguntó el peliazul, mirando al castaño, antes de separarse de él y acercarse al híbrido, ignorando los pedidos de Minho para que no lo haga.

Ops! Esta imagem não segue nossas diretrizes de conteúdo. Para continuar a publicação, tente removê-la ou carregar outra.


"A todos los integrantes de la Organización, presentarse de inmediato frente a las puertas del Hotel D'Brave para una intervención de emergencia. La policía ya está yendo al lugar, hay víctimas humanas involucradas ahora, a demás de los híbridos."

Era el mensaje que había llegado a todos los contactos de la organización, y Seungmin lo leyó de todas formas, a pesar que estaba con el jefe de la ciudad de la organización, el mismo que había enviado el mensaje.

— ¿Por qué tiene que desaparecer un humano para que la policía de la ciudad nos de importancia de verdad? — murmuró Seungmin, mirando el suelo.

Se seguía sintiéndo como la mierda por dentro, pero en ese momento tenía que ir a rescatar a su mejor amigo, quien valía mucho más que un corazón roto.

— Porque la gente sigue siendo una anticuada — murmuró el jefe, un hombre de mediana edad pero que ya tenía la mayor parte del cabello blanco, por estrés, seguramente —. Hasta hace cuarenta años eran un invento genético y un montón de animales con complejo de humanos.

Se miraron un momento y Seungmin quiso suspirar se frustración.

— La historia es larga y es una mierda — dijo el hombre de forma honesta, tomó su abrigo —. Algún día si quieres te la cuento, pero ahora tenemos que ir a tirar abajo un hotel, vamos, te llevo en mi auto — dijo, comenzó a caminar hacia la salida del lugar, al girar en la puerta para ir al pasillo, fue sorprendido por el pelinegro que estaba apoyado en la pared junto al umbral.

Seungmin miró a Seungcheol sin entender porqué estaba allí.

— No van a poder entrar al hotel si no saben por donde ir — dijo, enderesandose.

— ¿Cómo?

— Para llegar al sótano no es tan fácil como tomar el ascensor — dijo, una pequeña sonrisa se formó en sus labios —. Yo los voy a guiar. Conozco el camino.






 Conozco el camino

Ops! Esta imagem não segue nossas diretrizes de conteúdo. Para continuar a publicação, tente removê-la ou carregar outra.
Bad Luck (MinBin) Onde histórias criam vida. Descubra agora