Ismael estaba estacionado delante de la casa de Jerald, por la hora ya él estaba en la oficina. Era Alecia por quien esperaría, ese día Ismael tenía una misión especial. Elegir la sortija con la que se le propondría a su querido pelirrojo.
—Vamos, cariño.
Ordenó la mujer. Su fragancia chocolatosa hizo que Ismael se sonriera. Le recordaba a Gael, quizá que estaría haciendo en aquel momento.
Le había costado un poco ocultar sus planes de lo entrometido que podía llegar a ser este con su habilidad, quería sorprenderlo. Tenía en mente que tipo de modelo quería regalarle: algo sencillo, quizás con una piedrecita preciosa y más nada. Gael no era de usar cosas muy ostentosas, usaba la gargantilla por petición de Ismael la mayoría de las veces pero hasta allí. Era un choque constante el cómo contrastaban a veces, Gael podía ser tan reservado como Ismael podía ser tan escandaloso en su relación.
¿Cómo iba a resultar la reunión del fin de semana en la casona? Le preocupaba que se abrumara tanto que pudiera estar oliendo a café amargo durante toda la velada para ahuyentar a todos a su alrededor o que se sus hormonas produjeran un efecto contrario al oler a lavandas y llamar la atención como si en su celo estuviese.
Apretó el volante, Alecia hablaba de los detalles de todo lo que iba a hacerse, Ismael solo respondía en automático. No era de su interés, pero mientras esta estuviera contenta más rápido saldrían del asunto. Solo quería que su omega pasara su gestación en paz, metido en su nido sin nada malo en que pensar.
El apellido Moore salió a relucir a la conversación.
—Tus tíos quieren aprovechar para hacer una audiencia contigo, por eso de que rompimos lazos con los Moore.
—Madre, eso es pura pérdida de tiempo. Es muy claro el por qué lo hice.
El rubio no quitaba sus ojos del camino, Alecia suspiró.
—Lo sé, pero tú sabes bien cómo son los conflictos entre clanes... La imagen de Alec se vino al piso cuando tantas acusaciones salieron a la luz.
—¿Y eso debería importarme?
—No digo que te deba importar, solo quiero que cuando hablen de eso traten de llevarlo con calma.
—Cuando me toque hablar lo único que diré es que ese malnacido trató de matar a mi omega.
Alecia lo miró detenidamente, su cuerpo denotaba aquella incomodidad que suponía el tema sobre Alec.
Decidió cambiar el tema.
—Hablando de cosas mejores... ¿Ya sabes qué anillo vas a mandar a hacer?
Ismael se sonrió.
—Claro que sí— miró de soslayo a la mujer.
—Me imagino lo que Gael eligió.
Cuatro palabras. Cuatro benditas palabras que le retumbaron la mente.
—¿Gael?— levantó una ceja.
—Sí— Alecia tenía una sonrisita. —. ¿Gael lo eligió, no?
—Ehm, no... Pero estoy seguro de que sabré elegir uno que le guste.
—Oh, bueno.
El silencio llegó pronto, Ismael sintió su nerviosismo crecer. Estaba incómodo al poco tiempo.
Por fin se detuvo frente a la joyería, bajó los seguros con el panel de la puerta. Alecia se quedó con la misma expresión, viendo como su primogénito estaba como asustado mirando al volante.
—¿Qué tienes, Isma?
—¿Gael tenía que elegir el anillo?— preguntó sin quitar sus ojos de aquel lugar. Alecia se rió. —¡Madre!— Ismael se tapó los ojos. —No le dije nada por que quería que fuera una sorpresa.
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[EN PAUSA] ¿Ya Somos Familia? || Original - Omegaverse
RandomContinuación de Negociando Con El Corazón. Ismael y Gael ponen a prueba su relación para obtener la aprobación que le daría una vida tranquila a su descendencia. Pero, ¿qué tan fuerte es su amor por el otro cuando las dudas y malas lenguas se ponen...