[EN PAUSA] ¿Ya Somos Familia? || Original - Omegaverse

Los viejos hábitos no mueren nunca

ALGO RÁPIDO ANTES:

1. Prepárense para lo que viene por que hasta a mi me costó mucho escribir la manera de actuar de alguien a quien considero uno de mis favoritos hasta el momento entre mis ocs. 

2. Hay separadores NUEVOS que se ven en mucha mejor calidad en la pc, recomiendo que los vean por este medio aunque sea una vez.

3. Ya a partir de aquí falta otro capítulo importante y luego pasamos al tema de la boda y el parto, POR FIN.

4. A nadie le importa pero mi retraso también se debe a que trabajo y estudio y apenas me queda tiempo para vivir, ja, ja, ja.

Listo, a leer.

Ismael acariciaba el cabello del menor quien conversaba animadamente sobre los colores que le pondría a las paredes del criadero. Eran poco más de las dos de la mañana, no tenían nada encima más que el edredón y una que otra bola de papel que se removía debido a los movimientos repentinos que hacían en la cama.

—Ni siquiera sabes qué será— le decía Ismael al ver que decía que usaría colores amarillo pastel y blancos.

—Tendré un niño, estoy muy seguro de eso— seguía Gael para mirarlo.

Su cabello despeinado lo hacía ver adorable, además de las marcas en su pecho y cuello, así como sus labios hinchados y rosados de tantos besos y mordiscos.

No tenía una almohada, por lo que el fornido brazo de su alfa era lo que soportaba su cabeza, mientras que Ismael estaba casi sentado debido al murillo que se hizo con todas las almohadas de la cama.

—Mi instinto dice que es una niña y será idéntica a ti— decía el mayor para tocarle la mejilla con su otra mano.

—Si sale pelirroja les dará un soponcio a tus tíos— Gael hizo una expresión de preocupación. —... Es increíble que me sienta preocupado de que mi hijo nazca idéntico a mi— miró a la nada.

Ismael lo atrajo a su cuerpo, hasta ponerlo nuevamente encima de sí mismo.

—Apenas nos casemos, nos quedaremos aquí metidos todo el tiempo necesario para que nuestro cachorrito nazca tranquilo y tú no tengas que pensar de más en tantas cosas— le dijo mirándolo a los ojos.

—Sí, creo que también te haría bien a tí para que no andes tan paranoico— decía Gael con ambas manos en el pecho del mayor.

Este cerró los ojos mientras abrazaba al chico.

—Hay que dormir, Gael...

—Isma— el rubio lo miró con sus ojos cansados. —... Te amo...

—Yo te amo más...— le besó la boca.

Lo dejó caer a un costado suyo otra vez, para que pudiera ponerle encima una pierna y brazo. Gael se restregó contra su piel mientras cerraba los ojos. Ismael apagó la luz de la lámpara para que la oscuridad les permitiera conciliar el sueño.