━━ ⦗ dusk till dawn! ⦘
❝sus fortalezas provienen
de ser probadas por la
imprevisibilidad de la vida. ❞
███████████ 𝙚𝙣 𝙙𝙤𝙣𝙙𝙚
la vida de dawn kale da un giro
completo cuando en su...
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( CAPÍTULO VEINTICUATRO: LA CENA DE NAVIDAD. )
LA NIEVE GOLPEÓ EL CRISTAL de la habitación de Dawn y envió un fuerte golpe por toda la habitación que la despertó de un profundo sueño.
Ella frunció el ceño y sus propios ojos cansados se encontraron con los de su madre, que estaba junto a su cama sosteniendo una taza de té.
—Has estado durmiendo toda la mañana.—le informó su madre, hablando en voz baja. Le entregó la taza.—Pensé que te habías muerto o algo así.
—Aún no.—ella se sentó. El calor de la taza se extendió de sus manos hacia su rostro.—Eso es para la segunda prueba.
Sarah miró a su hija.—Tienes otro mes para averiguar cuál es la segunda prueba, cariño. No te preocupes. Lo tendrás bajo control en poco tiempo. La verdadera pregunta es, por qué todavía no puedo averiguar quién te hizo esto.
—¿El Ministerio todavía no ha encontrado nada?
—Nada. Absolutamente nada.—sus ojos azules se llenaron de tristeza.—Ni siquiera un rastro de un nombre.
—Alguien me quiere muerta, mamá.—Dawn murmuró en voz baja.—Y lo molesto es que no sé quién es. A menos que sea el lechero...
—No es lechero, Dawn.
—¡Tú no sabes eso!
La conversación terminó con risas. Su madre se inclinó hacia adelante y sacó un sobre pequeño.
Sarah podía decir que su hija quería preguntar algo al ver la expresión en su rostro: sus ojos marrones permanecieron en un lugar durante unos tres segundos, su labio se contrajo y luego miró hacia arriba.
—¿Tú... tú piensas que fue mi papá quien puso mi nombre en el cáliz?
Sin siquiera pensarlo, Sarah dijo:—¿Qué? No. Dawn, ¿por qué piensas eso?
Dawn estaba extremadamente sorprendida por el tono de su madre. Le envió una mirada confusa.
—¿Por qué no lo haría?—ella replicó, aún sentada en su cama.—Quiero decir, sabemos que el tipo es un idiota, ¿qué nos hace pensar que no está tratando de vengarse de mí? ¡Por lo que sabemos, él me quiere muerta!
—Dawn.—Sarah la interrumpió.—¡Él no haría eso!
Ella la miró con sospecha.—¿Cómo lo sabes?
—Puede que sea un idiota, como te referiste a él, pero no es malo.—Sarah mencionó y antes de que su hija pudiera hablar, agregó:—Y antes de que preguntes, no hablaré con él. No lo he visto desde esa noche.
Si había algo que Sarah odiaba, era mentirle a su hija, Si había mentido acerca de que James sabía acerca sobre Daw, pero eso era porque no sabía cómo reaccionaría James y, sobre todo por el alboroto que formaría en la familia Potter. Pero ahora estaba ahí, mintiéndole a su hija.
