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—¡Niñas! —Exclamé con emoción mientras bajaba las escaleras, encontrándome con los chicos, pero yo seguí mi camino hacia la puerta

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—¡Niñas! —Exclamé con emoción mientras bajaba las escaleras, encontrándome con los chicos, pero yo seguí mi camino hacia la puerta.

Me detuve a medio camino y me giré.

Tanto Koko, Inui, y los Haitani me estaban mirando curiosos, fruncí el entrecejo y los miré confundida.

—¿Ustedes qué?

—Nos hablaste. —Dijo obvio Rindo.

—Dije niñas.

—ª.

—Pues así hasta yo me confundo, ya casi parecemos niñas por como nos tratas. —Dijo indignado Inui.

—Ustedes que se dejan, niñitas. —Murmuré burlona.

—¿Y a quienes les hablas? —Ran terminó de hacerse las trenzas y me miró.

—Ah, son mis primas, por parte de mamá. —Sonreí.

—¿Y en dónde están o qué? —Cuestionó algo molesto Inui.

—¡Nana! —Exclamaron la pelinegra y la castaña corriendo hacia acá, tacleandome y abrazándome cuál osos.

Rubí y Za, hijas del hermano de mamá, ambas son hijas de diferente madre, pero son buena onda. Y bueno, aún falta una, que es hija de la hermana de mamá.

—¡Te extrañamos! —Exclamó con emoción Rubí.

—Hijas de la matraca, me dejaron hasta atrás. —Se quejó Luisa, o Chiki, como le gusta que le digan.

—Pues también tú te quedaste viendo al guardia de seguridad. —Dijo burlona Za.

—¿Y esos naquitos vestidos de falso Channel y Dior qué? —Rubí miró ceñuda a los chicos, quienes estaban jugando a las manitas calientes.

—No sé que dijo, no hablo idioma perro. —Dijo de forma infantil Rindo.

Rubí abrió su boca con indignación, iba a caminar hacia donde se encontraban ellos, pero Za la detuvo.

—La violencia no es buena... es mejor el homicidio. —Sonrió malévola la pelinegra.

—Yayayaya, ¿Cómo es que esas tipas andan aquí? —Se quejó Wakasa llegando. —¿Qué no tienen casa o qué?

—Obvio tenemos casa. —Dijo Chiki. —La cosa es que vinimos por la boda de Nancy.

—¿Nancy se casa? —Cuestionó sorprendido Wakasa. —¿Cómo esa mugre pulga pudo conseguir jale antes que yo?

—Ya te saltaron, amiguito. —Rió Rubí.

—Espera, ¿Cuál Nancy? ¿La de mi escuela? ¿La tía Nancy? ¿O la vecina con el restaurante?

—Pues la del restaurante. —Dije obvia.

Nancy era de la edad de Wakasa, digamos que era nuestra vecina hace unos cuantos ayeres. Ella quería abrir un restaurante, pero sus padres habían quedado en bancarrota, es por eso que los padres de los Haitani, Koko, Inui, los de las chicas y los míos pusieron su granito de arena para poder ayudarla a cumplir su sueño. Y digo, tenemos la posibilidad de ayudar, así que no nos importaba.

Gracias a eso ella ha tenido mucho éxito, según ella nos lo debe, pero no es así. La cosa es que ahora se casa, y no tenía ni idea que tenía pareja.

—Rayos, yo quería con ella. —Lloriqueó Wakasa.

—Te atrasaste pero machín. —Za golpeó suavemente el hombro de Wakasa y luego se alejó con asquito. —Iu, hueles a soltero rechazado veinte veces.

—¿Qué me sabes? —Ambos comenzaron una leve pelea.

—¿Entonces? ¿Quienes son ellos? —Cuestionó Chiki mirando a los chicos, quienes ahora estaban apostando por quién ganaba entre Wakasa y Za.

—¿No los reconoces? Son los Haitani, Kokonoi e Inui.

—¿Quién es Ran y por qué tan guapo? —Cuestionó Rubí sonriente de forma coqueta.

—El de las trenzas. —Dije y ella echó su cabello hacia atrás, caminando sexy hacia dicho chico, peeeero, se cayó a medio camino.

—No puede ser. —Dijo avergonzada Chiki.

—¡Así camino! —Exclamó levantándose como si nada, y siguió hacia Ran. —Hola chiquibeibi, si así está el conejo, ¿Cómo estará la zanahoria?

—¡Rubí!

—¿Esta loca qué? —Ran miró de arriba a abajo a la fémina con una mueca, echó una de sus trenzas hacia atrás y luego siguió baboseando con los chicos.

—¡Ya está decidido! —Exclamó papá llegando. —Tus amigos los naquitos también irán, sirve de que ponen el ambiente en la boda, porque así como son los riquillos nada más se van a mover de un lado para otro.

—Papá, también eres parte de esos riquillos. —Dijo Wakasa siendo sujetado de la mejilla por Za, y él sujetando a la chica por el cabello.

—Puros chismes, yo soy la onda, como dijera la chaviza. —Sonrió. —Bueno, equis, Wakasa llama a tu noviecito el Shinichiro, Nana, llama a tu novio.

—¿Tienes novio? —Cuestionó Chiki mirándome con sorpresa.

—Mi pareja es ingenierx, ¿El tuyo? —Za me miró competitiva.

—Marihuano. —Sonreí nerviosa.

Y todos los chicos se soltaron a reír.

—¿De que se ríen? Es lindo.

—Pobre Nana, ni porque tiene dinero le toca un novio bien.

—¿Eso es bueno o malo?

—Perra, más vale que estés bromeando. —Me dijo Koko poniéndose modo diva.

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you right [Tokyo Revengers]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora