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Jaz y Mar al final volvieron al bar, la primera porque no se quería cruzar a Tacho y la segunda porque había visto a Thiago con tres gatos.
Las tres terminaron cerrando el bar, mientras charlaban y contaban sus problemas, tratando de ayudarse entre las tres.
Cuando llegaron a la mansión Amelia fue directamente al baño, por lo que se perdió la pelea de las dos parejas, mientras que Rama suspiraba por el desamor.
Cuando salió del baño estaban todos acostados, se acomodó en su cama lista para dormir cuando escuchó el grito de Mar.
–¡Vieron chicas que buen servicio da el bar!
–¡Seh, buenísimo! ¡Es más, es tan bueno que llevan a las clientas a su casa! Mira vos. –grito Jaz en el mismo tono, la morocha y la rubia miraron a Amelia esperando que ella también dijera algo.
–Buenísimo el servicio, eh. –dijo sin saber qué decir.
–¡Basta déjenme dormir! –grito Aleli tapándose hasta la cabeza para no escuchar los gritos.
–¡El pez sangra por la herida! –grito Tacho devuelta.
–Más que pez gato diría yo. Cuatro gatos.
–¡Si! Y hay baboso que son capaces de destruir una banda por una rubia. –ahora hablo Mar gritándole a Thiago.
–Chicos, chicos, el amor te pone estúpido. –habló Rama con tristeza haciendo a todos suspirar cansados por la depresión que estaba llevando Rama.
–Hay gente que nace siendo estúpida, otras desconfían, y bueno, se quedan solas.
Mar se levantó dispuesta a seguir peleando con Thiago, se levantó de la cama y fue directamente hacía Thiago para seguir peleando. Ambos empezaron a gritarse, hasta que Amelia gritó.
–¡BASTA! –grito callando a todos. –Dios, chicos parecen nenes de once y doce años, loco.
–¡No soy un nene! –grito lleca.
–¡No iba para vos! –respondió Amelia regalándole una sonrisa inocente. –Dejen de pelear, porque no van a llegar a nada…
–Dylan también estaba con los gatos. –dijeron las chicas al mismo tiempo y Amelia entendió su enojo.
–Lo voy a matar. –dijo Amelia mientras empezaba a caminar, pero se dio vuelta y lo pensó mejor. –Mejor mañana, ahora tengo sueño.
Dicho eso todos se acostaron en silencio. Amelia cerró los ojos y se quedó dormida al instante.
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Estaban otra vez peleando. Los chicos estaban en el bar, y Mar y Thiago estaban otra vez peleando.
–Cuando quieras hablar bien, me llamas. –le dijo Thiago cansado mientras se iba.
