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Todos lo miraban mal, sentía que se lo merecía por actuar de manera tan idiota. Primero que todo tuvo que haber dejado el plan desde un primer momento, es más, descartarlo desde que llegó a su cabeza.

¿Desde cuándo había jugado tan sucio con los sentimientos de una chica? Peor aún con los de Jisung. Jamás se imaginó lastimarlo de tal manera.

Caminó por los pasillos con la cabeza gacha, ya no podía hacer nada al respecto. Los rumores se esparcieron como agua en un rio, marcaron un antes y un después en su reputación. Ya no era el buen estudiante cuyas notas daban a entender que se preocupaba por sus estudios, ahora era un rompecorazones en busca de más víctimas.

Llegaron a compararlo con Bang, diciendo que le arrebató el título. Era una basura a la vista de todos pero nadie sabía la verdad detrás de ello.

Hablando de Christopher, ya no se lo veía como antes. Se podría decir que su fachada de hombre adicto al sexo se esfumó, ahora parecía alguien completamente roto —Como realmente lo era—.

— Miren quién está ahí, es el chico que se mete con vírgenes— Escuchó un susurro por lo bajo.

¿Virgenes? Aquella chica era de todo menos eso, pero ya nada importaba. Quería hablar con Han lo antes posible, aclarar la situación de una vez.

Vio a Yang a lo lejos, por lo que supuso que el castaño estaría con él. Lamentablemente no fue así pues se encontraba terminando el trabajo con Hwang.

¡Se había olvidado del trabajo! Era la única escusa para poder acercarse y obviamente tomaría ventaja de ello.

— Hola Jeongin— Saludó con poco tímido — Una pregunta ¿Viste a Jisung?

— Hoy no vino, se sentía muy mal... Creo que sabes el porqué ¿No? Después de todo el vídeo está por todos lados.

Habían grabado toda su conversación con el menor, cuando lo empujó y tiró al piso, el llanto de Han. El rubio no pudo sentirse peor ante toda la situación, necesitaba llorar.

Fingió ser fuerte, salió del salón con la esperanza de que ello fuera una mentira. Seguramente estaba en algún salón solo o con Felix, era imposible que faltara a clases. No quería aceptar lo mal que le estaba haciendo al pequeño.

— ¡Jisung! — Gritó por cualquier pasillo disponible, ganándose insultos por parte de algunos muchachos y regaños de los maestros — ¡Jisung!

Recorrió cada rincón, cada baño y nada. Se le pasó por la cabeza ir a su casa, quizás su madre le llenaría de preguntas pero eso era lo menos importante.  

Entró a clases luego de que el timbre sonara, las miradas seguían allí como puñales.

Por suerte tenía tiempo para hacer el trabajo, eso significaba mas oportunidades para poder hablar seriamente con el castaño.

— Lee — Llamó el profesor —¿Dónde está su compañero?

Antes de que contestara, Hwang levantó su mano en busca de la atención del profesor y así fue.

— Han no pudo asistir hoy por problemas personales — Le comentó poniendo su mirada fija hacia Minho.

No hubo más preguntas, el viejo se apartó y volvió a su asiento en un suspiro.

Tendría que adelantar un poco, pues quería alguna escusa para ir a la casa —Aunque ya la tenía—. El tema era fácil, se encontraba en los libros de texto de manera sencilla. Resumió lo más que pudo el largo texto ya que sería como una presentación. Estaba poniendo todo su empeño.

Las horas pasaron volando, ya era hora de irse y el rubio estaba más que nervioso por eso. Comenzó a guardar sus cuadernos lentamente, pensando que palabras usaría con él, tenía que ser lo más delicado posible pues el menor parecía muy afectado en todo.

— Minho— Llamó un estudiante algo agitado— Te están buscando en el patio de atrás ¿Puedes venir?

— Lo siento, tengo cosas que hacer.

Lo que no se esperó era que unos chicos entraran al salón vacío. No se veían muy agradables, más bien eran aterradores. Detrás de ellos estaba la muchacha de aquella noche con aires de superioridad.

— Cuánto tiempo ¿No? — Rio con los demás, Lee ya se veía venir lo que sucedería.

Trató de esquivarlos ignorando a la chica, pero un sujeto lo tomó de la camisa tirando su cuerpo al suelo con mucha fuerza. Lo rodearon entre risas macabras, ya sabía que no podía escapar.

La primera patada llegó a su estómago, cosa que lo hizo encogerse lo del dolor. Uno de los chicos lo grababa mientras alentaba a más golpes, los demás no se negaron ante ello.

Se reían mientras golpeaban su cuerpo con demasiada rabia, tiraban sus cabellos haciendo que le doliera la cabeza. Le escupieron entre todos mientras seguían con sus carcajadas.

— ¡Basta! — Gritó alguien en la puerta, lamentablemente estaba cerrada con seguro — ¡Déjenlo en paz, paren!

Reconocía esa voz, quería llorar porque a pesar de todo lo defendía. Han estaba allí con lágrimas en los ojos intentando entrar al salón sin éxito, pero de un momento al otro desapareció.

— No entiendo como puede defenderlo después de lo que hizo — Comentó uno entre risas.

— Él es un tonto — Dijo el muchacho que grababa — De todas formas se fué.

Escucharon la puerta abrirse y todos se dieron vuelta con asombro, los habían descubierto. Uno de los profesores miraba atónito la situación, a su lado estaba el castaño temblando.

— Muchas gracias por avisar, Han — Agradeció el señor — Ustedes seis me acompañan a la dirección— Lee se estaba incluído.

Como pudo juntó sus fuerzas para levantarse del piso, pero se dió cuenta de que sus piernas fallaban. Su brazo izquierdo estaba lleno de moretones junto con su rostro, le sangraba la nariz.

Jisung lo notó y con algo de pena fue ayudar a quien fue su mejor amigo en el pasado. Pasó su brazo por su cintura, pidiéndole que se sostenga de sus hombros.

Todos juntos fueron a la sala del director, los muchachos le lanzaban miradas asesinas al rubio pero poco le importaba. El maestro les abrió la puerta y pasó detrás de ellos con seriedad.

— Profesor Choi ¿Qué sucede?

— Estos alumnos que ve aquí estaban a los golpes — Explicó de brazos cruzados — Han me avisó sobre ello, así que...

— Si, puede retirarse — Contestó tranquilo, dejando que el menor de vaya — Ahora ustedes... Quiero una explicación a todo ésto.

Lips || Minsung Donde viven las historias. Descúbrelo ahora