CAP 29 - Rengoku

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[pov Tanjiro]

Debería estar en la enfermería reposando, pero debo de ver a Rengoku, después de aquella batalla quedó muy mal herido.

Su cuervo me guío a una finca en la cuál en la entrada estaba un niño muy parecido a Rengoku.

- ¿Senjuro? — lo llamé al ver qué no notó mi presencia — He venido a ver a tu hermano y transmitirle un mensaje a tu padre.

- ¿A mi hermano? se lo que pasó — ladeó la cabeza — ¿Te encuentras bien? Luces pálido.

Antes de que pudiera contestar una voz o más bien dicho, un grito nos interrumpió.

- ¡¡Detente!! ¡No has venido más que a decirnos basura innecesaria! — un señor mayor con las mismas características del pilar de la flama se nos acercó, podía oler que estaba muy furioso — ¡¡Ya tuve suficiente con esa estúpida cazadora y su sermón!!

- ¿Cazadora? — "¿A quien se refería?"

- ¡Es por su culpa de haberse convertido en un espadachín sin siquiera tener talento con la espada!

Comenzaba a enfadarme, cómo era posible que dijera cosas tan horribles de su propio hijo.

- ¡¡Patéticos!! — gritó — ¡¡Ambos son patéticos!!

- ¡No permitiré que le faltes al respeto a _____, padre! — apareció Rengoku en la puerta de la casa, al parecer había escuchado los gritos.

- Hermano... — Senjuro lo miró con preocupación — deberías estar descansando.

- ¡Podrás insultarme a mi, pero nunca a ella! Ella me salvó la vida — ignoró las palabras de Senjuro y se acercó a nosotros.

- ¡¡Ella siempre a carecido de talento al igual que tú!! ¡Siempre fue obstinada y gracias a eso estuvo a punto de morir! — lo miro con enfado — ¡Ustedes son basura sin valor alguno!

- ¡¡Padre ya es suficiente!! — Rengoku a pesar de que no lo parecía, desprendía un olor a furia, apretaba los puños con fuerza, parecía que sus venas explotarían.

- ¡Si no fuera por esa estúpida promesa, ella ya estaría muerta! — mire a Senjuro quien tenía lágrimas en los ojos — ¡¡Senjuro quita esa expresión patética de tu rostro, me das asco!!

Había llegado a mi límite de pasiencia, perdoname Rengoku por lo que estoy a punto de hacer.

- ¡¡Oye!! Eso es una manera muy cruel de decirlo — las venas se marcaron en mi frente del enojo — le pido que deje de hablar así...

- ¿Y a ti que te pasa? — esto iba a ser difícil — ¡¡Vete de una puta vez!! No pongas un pie en mi casa...

- Soy miembro de los cazadores de demon- — azotó el jarrón contra el suelo sin razón alguna asustandonos.

- Tu... ya veo quien eres — me señaló — un usuario del aliento solar ¿Verdad?, ahora entiendo las acciones de esa estúpida cazadora...

- ¿Aliento solar, pero de que habla? — sin esperarlo recibí un puñetazo en el rostro.

- ¡¡Padre!! — escuché gritar a Rengoku y Senjuro los cuales intentaban separarlo de mi.

Rengoku recibió un puñetazo al igual que yo, solo que a él se le abrieron las heridas nuevamente. Senjuro también fue golpeado por el mayor, esa fue la gota que derramó el vaso.

- ¡¡Ya es suficiente!! ¡¡Eres repugnante!! — lo golpeé.

- Joven Kamado...

- ¡¡Qué carajos has estado haciendo!! — la irá me invadió — ¡Insultar a una pilar la cuál salvo la vida de tu hijo! ¡¡Y encima los golpeas!!

[Kimetsu No Yaiba] La pilar del FénixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora