CAP 41 - Odio

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El peliborgoña se encontraba aún peleando con el demonio con alas, descubrió que mientras más cortaran sus cabezas más débiles de hacían, también que si cortaban aunque sean sus lenguas, su regeneración sería lenta. En un ataque pudo dirigirse nuevamente donde estaba su hermana y Genya los cuales aún peleaban, al atravesar la pared notó como Nezuko era inmovilizada en la garganta con el báculo perteneciente al demonio malhumorado.

Cuando las cosas no podían ir peor, ambos hermanos lograron visualizar como desde el bosque se acercaba a ellos el demonio de la hoja el cual cuando aterrizó, la presión en el aire que usó al realizar su técnica logró presionarlos contra el suelo dejándolos inmóviles.

- Ahora...

- Acabemos de una vez - tres de esos demonios los observaban desde sus posiciones.

[Pov ______]

Ya hacía unas horas que me había encontrado con los restos de un herrero, di la orden a Yukine para que avisará lo antes posible al líder de la aldea que evacuaran la villa. Si esto seguía así, las bajas serían realmente significantes.

De reojo logré ver una nueva vasija, de está salieron 5 peses los cuales eliminé de inmediato antes de que realizarán su ataque.

- Con ustedes ya son 30 - suspiré cansada - maldita plaga...

- Vaya vaya, que bonita obra de arte - una voz detrás de mí se hizo presente.

Sin pensarlo los veces corrí a romper ese maldito florero del cual salía, lamentablemente fue más rápido que yo y logró cambiarse de vasija.

- ¡Haru! - llamé a mi cuervo - ¡Encuentra a Kotetsu, Kanamori y Hotaru, diles que tienen que salir lo antes posible de aquí!

- ¡¡Recibido!! - dicho eso se fue volando a toda velocidad.

- Me pregunto si también serán bonitas obras de arte~ - comenzó a reír - ¡Tengo una idea! Te dejaré para el final, podrás apreciar esas bellas esculturas hechas por mi, tendrás una expresión tan linda y llena de dolor~

- Cierra la puta boca - apreté la mandíbula intentando mantener la calma - no pondrás tus sucias garras sobre alguien más, de eso me encargaré.

- Mmmh - se encogió de hombros - ¡atrapame si puedes!

En menos de un parpadeo lo había perdido de vista, me concentré para sentir su aura aún más. Sin pensarlo dos veces corrí en su dirección dándome cuenta que Muichiro, Kanamori y Kotetsu estaban frente a ese estúpido demonio.

De la nada sacó diversos jarrones de los cuales salieron peces, sabía lo que haría así que corrí interponiendo me entre ellos, obviamente no logré evitar que algunas espinas con veneno llegarán a su piel de Muichiro.

- ¡¡_____!! - escuché gritar a Kotetsu.

- Estoy bien, pequeño - me acerqué - tu hermana mayor está aquí para salvarlos - intenté sonreír logrando solo hacer una mueca.

- _____... - me llamó Kanamori preocupado.

Realmente no lo culpaba, solo sabía que mi cuerpo estaba atravesado en diferentes direcciones por espinas envenenadas y creo que una de ellas perforó mi pómulo casi llegando al ojo.

- Kanamori, llévate a Kotetsu y pónganse a salvo - asintió rápidamente.

- No... ¡No! ¡______! - escuché a Kotetsu llorar cada vez más lejos.

- Lo siento pequeño... - susurré con una sonrisa triste - Muichiro ¿Estás bien?

Lo miré, tenía su expresión más perdida de lo normal lo cual me extrañó, había recibido parte del daño de ese ataque probablemente era eso. Esta vez dirigí mi vista al demonio, a un lado de el estaban restos de herreros en total 5 colocados en diferentes posiciones dentro de un florero, eso realmente hizo hervir mi sangre.

[Kimetsu No Yaiba] La pilar del FénixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora