Capítulo 1

196 120 91
                                    

Las puertas de Salfadorra habían sido abiertas y la seguridad violada, las campanas de alerta resonaban más fuertes que nunca mientras corríamos con toda la velocidad que nuestros pies eran capaces de brindar

Ops! Esta imagem não segue nossas diretrizes de conteúdo. Para continuar a publicação, tente removê-la ou carregar outra.

Las puertas de Salfadorra habían sido abiertas y la seguridad violada, las campanas de alerta resonaban más fuertes que nunca mientras corríamos con toda la velocidad que nuestros pies eran capaces de brindar. Llegar a la cuidad no fue nada fácil y mantenernos en ella tampoco lo sería.

Los caballeros de la orden Rosa Negra rastreaban nuestros pasos y cada vez estaban más cerca. Las personas que paseaban a esta hora del día nos miraban; algunas con asco al ver los arrapos que vestíamos y ellos con sus finos trajes y vestidos, otros con pena apiadándose de nuestra situación al confundirnos con niñas humanas.

La mejor decisión a esas alturas era escondernos en un callejón cercano que estaba poco transitado y olía a comida podrida.

– Tenemos que irnos de aquí o tarde o temprano nos encontrarán- susurró alguien a mi espalda mientras los rastreadores cada vez se acercaban más.

De repente todo se volvió silencioso y con cautela nos asomamos sin saber que habíamos caído justo en su trampa. Los soldados con sus trajes negros y dorados nos esperaban justo en la salida del callejón.

Al ser capturadas utilizo mi magia para formar una daga de hielo y clavarla en la pantorrilla de uno de ellos. El grito de dolor del hombre se esparce con espanto y mi acompañante reacciona al oírlo y lanza una onda de fuego al otro pero no logra dañarlo y el hombre enfurecido estampa su cara contra la tierra creando un ruido seco.

– Corre Ariadna, corre –  su voz es lo último que escucho mientras escapo buscando una forma de salir con vida.

“No quiero regresar, no lo haré. No me volverán a dañar, no me permitiré sufrir más”

Con ese pensamiento cruzando veloz por mi mente corro como si de ello dependiera mi vida, y así es, de ello depende.

Escabullirme cada vez se me hace más difícil y el guardia que me perseguía está más próximo de lo que pensaba. Mis pies no soportan más el cansancio y los cortes proporcionados por las botellas rotas de los callejones.

– Ven aquí mocosa, por fin te atrapé pequeña escoria. Ahora verás lo que pasa cuando alguien de tu clase ataca a los caballeros del rey –  su voz me produce escalofríos en la espina dorsal mientras susurra esas palabras en mi oído con un sentimiento de odio puro.

El fornido hombre suelta su agarre de mi pelo haciendo que caiga al suelo como un costal de  desechos para luego sentir un ardor conocido en mi espalda. Los golpes proporcionados por el látigo hacen un ruido seco que retumba en todo el lugar y la sangre caliente comienza a brotar de las heridas ya cicatrizadas y las nuevas que me está ofreciendo.

El sonido de algo parecido a un carruaje se acerca y lo último de lo que son testigos mis ojos son de unas botas negras de piel que bajan y se detienen frente a mí.

Ops! Esta imagem não segue nossas diretrizes de conteúdo. Para continuar a publicação, tente removê-la ou carregar outra.
La Reina de las Nieves #PGP2022Onde histórias criam vida. Descubra agora