El antiguo reino de Beleriand, escondido entre las intrincadas montañas del norte, guarda leyendas y secretos mágicos ocultos bajo sus tierras, secretos que pedían a gritos ser desenterrados.
Tras años de guerra la magia se extingue por completo o...
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««Sé lo que eres»»
Esas palabras se repiten en mi cabeza una y otra vez como un mazo que golpea una roca para romperla en miles de pedazos. Lo miro incrédula a los ojos buscando respuestas a todas las preguntas que me hago ahora mismo.
- Negarlo sería inútil ¿verdad? - sigo separada de él unos metros por precaución.
- La verdad es que sí y si lo admite nos ahorraremos mucho tiempo - responde estático en su lugar, no ha hecho ningún movimiento desde que entramos en este cuarto.
- ¿Lo sabe alguien más? - pregunto en un intento de asegurarme que tan aireado esta mi secreto.
- Solo yo estoy al tanto de su condición, nadie más sabe ni tienen porque saberlo.
- ¿Por qué haríais eso?, se supone que debes entregarme a los guardias, he roto muchas reglas de este reino.
- No me servirías estando en prisión, te necesito, ya te lo dije.
Me da la espalda y se pone a rebuscar en un estante parecido al que tengo en mi habitación. Ver tantos libros despierta mi curiosidad y con paso cauteloso me coloco a su lado para mirarlos. Dirijo mi atención a los libros y los hojeo un poco para ver que se tratan de los tomos de Sabiduría Mágica que se supone fueron destruidos ha e años. Sin embargo aquí están, frente a mí y la tentación por saber todo lo que guardan en sus páginas es más poderosa que yo.
- ¿De donde habéis sacado estos libros alteza?, se supone que no deberían existir.
- Los tomé antes de que mi padre pudiera acabar con ellos, no podía permitir que tanto conocimiento fuera destruido frente a mis ojos. - dijo sin mirarme, aún concentrado en encontrar algo en específico.
- No me lo puedo creer, hay tanto aquí que podemos aprender.
- Justo eso es lo que quiero mostraros.
Al parecer por fin encontró lo que buscaba y se dirige hacia mí con un grueso libro negro en sus manos. Ambos nos sentamos en un pequeño sofá al que la luz de las velas le aportan iluminación y por fin logro ver el titulo en la cubierta: La Leyenda de los Legendarios. Por un segundo pienso en cuál es su objetivo al mostrarme este libro pero no se me ocurre absolutamente nada.
- ¿Conoces esta historia?- Pregunta hojeando las hojas.
- Sé lo que hay conocer de ella. Es la leyenda más antigua del reino y habla de cómo cuatro guerreros venidos de familias humildes llegaron a Beleriand cuando estaba plagada de espíritus malignos y con su fuerza los expulsaron.
- Pero hay un detalle que nadie conoce de historia, no eran cuatro los guerreros sino cinco.
- Espere, ¿dijo cinco? - él asiente a modo de respuesta - no lo entiendo. La historia habla de un caballero y su esposa los cuales se convirtieron en los primeros reyes de Beleriand, luego había un sacerdote que creó el culto a los dioses, y por último un sabio que fue el creador de los primeros tomos de magia.