Capítulo 2

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La noche cae sobre Beleriand tan estrellada que pareciese que también ha decidido vestirse de gala para la gran celebración. Observo como titilan las estrellas desde la ventana de mi habitación en la segunda planta mientras Kara y Karla buscan en el vestidor un atuendo adecuado para la ocasión.

Siento como sus presencias se dirigen a mí y me giro para enfrentarlas y ver la sonrisa de satisfacción en sus rostros. El vestido que eligieron es realmente hermoso por lo que entiendo su entusiasmo. La tela de color azul turquesa cae como una cascada para besar el suelo, el cuello transparente con la silueta de los pechos bien marcada y rodeada de pequeñas joyas da la impresión de una llovizna hasta que llega a la cintura y la espalda completamente cubierta con delgadas cadenas doradas que disimulan las cicatrices que hay en ella.

No me avergüenzo de las cicatrices pues son mi pasado y me hacen más recordar de donde vengo y a donde no deseo volver pero tampoco es necesario que nadie sepa de ellas, principalmente para no avergonzar a la casa del Conde de Underburn.

Luego de dar los últimos retoques al vestido comienzan a peinar mi cabello rubio que termina en ondas hasta mi espalda y perfumar mi piel con esencia de jazmín. Antes de salir me dan una máscara dorada para sellar el proceso.

Segundos antes de bajar las escaleras recuerdo el obsequio que me dio Lea por mi cumpleaños número veinte y que le prometí que usaría esta noche. Tomo la pequeña caja roja de encima del tocador y la abro para encontrar dentro un diminuto broche con forma de rosa a punto de abrir. Me sorprende el regalo porque mi mejor amiga nunca ha sido de dar obsequios tan sencillos pero de igual forma lo coloco en mi vestido y me doy un último vistazo en el espejo para observar el resultado.

«« Todo saldrá bien Ariadna, todo va a salir bien»»

Repito ese mantra en mi cabeza mientras desciendo por las escaleras y llego a la entrada de la finca donde vivimos. Allí ya esperaban mis padres y el cochero que nos llevaría esta noche.

–Estas preciosa cariño –  la dulce voz de
mi madre logra apaciguar un poco la angustia que llevo dentro mientras me coloca un mechón de cabello detrás de la oreja- esta noche no abra nadie que te quite los ojos de encima.

– Esperemos que se equivoque madre.

Subimos al carruaje el cual enseguida emprende su camino hacia el palacio. El ruido de los cascos de los caballos mientras chocan contra el suelo es lo único que se escucha en una noche tan tranquila que ni siquiera los árboles se mecen.

El camino es silencioso, nadie dice una palabra y no es que me desagrade el silencio, al contrario, en muchas ocasiones lo agradezco pero esta específicamente no era una de ellas. El viaje llega a su fin y al detenerse los caballos mi padre baja del coche, seguido de mi madre y luego me ofrece su mano para ayudarme a bajar.

Mis ojos viajan enseguida al jardín perfectamente iluminado. Sus plantas desprender magia y vida, los árboles rodeados por cuerdas que sostenían antorchas doradas, la alfombra roja daba hasta una fuente en el centro del jardín de la que brotaba un agua tan clara que juraría que brillaba. Todo parecía salido de un verdadero cuento de hadas.

En todos los alrededores se podían apreciar familias nobles venidas de todas partes de reino. Sus rostros reflejaban la emoción que les brindaba estar aquí, después de todo no todos los días podrían asistir al palacio y conocer al futuro heredero.
- Sean todos bienvenidos al palacio de los Legendarios- una voz prominente de uno de los sirvientes del castillo hizo silenciar todos los murmullos para prestarle atención. - Esta noche es sumamente especial para todos nosotros y de corazón deseamos que la celebración sea de su agrado.

Los aplausos no se hacen esperar ante la voz declamadora de aquel pequeño sujeto, sin embargo aquella demostración de afecto no era real, muchos estaban en contra de los actuales reyes de Beleriand y nada me quitaba de la cabeza que los habían invitado para vigilarnos. Por suerte mi familia no estaba en esa lista y era algo que agradecía de todo corazón.

La Reina de las Nieves #PGP2022Where stories live. Discover now