4. Don't blame me.

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Hi~ Hace un montón quería subir esta actualización pero siempre me moría antes de poder hacerla y para no catetear no iba a subir dos diarias con el angstober, así que estoy feliz de poder retomar esta trama ya de manera más fluida, me tinca que va a tener fecha de actualización fija para Marzo para que sea mpas ordenado. Muchas gracias a las personas que leen.

¡Espero que les guste!

¡Espero que les guste!

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La casa está enferma.

Eiko lo piensa una y otra vez mientras se hace un ovillo contra sí misma, se aferra a la sábana tiritona, es lo único que la cubre, el piso se siente frío contra sus muslos, tiene los párpados hinchados gracias al llanto. A veces llega a estos estados de semi disociación luego de las palizas de Papa, donde puede mirar el techo y salir un instante de su cuerpo, fingir que ese ardor visceral no le pertenece, llegar a un punto tan brusco del maltrato que deja de doler solo por un instante, es acá, mirando vacía e ida el diseño del papel tapiz, escuchando los gritos en el primer piso, acurrucada igual que un animalito callejero en su propia sangre que lo confirma.

Todos están enfermos en este lugar.

Su relación con Dino es un camino directo hacia la locura, es cruel, lo piensa una y otra vez encogida sobre sí misma, él es sumamente sádico con ella, no solo por los maltratos físicos, aquellos son casi tolerables e incluso satisfactorios (¿hola? Ella se aborrece), sino por las cosas que le arroja iracundo, tirándole del cabello, murmurando en su oído puro veneno, la mata, Golzine la está matando, es un testigo silencioso que la ve marchitarse hasta la agonía y eso es doloroso.

«Tenle paciencia», es lo que Blanca siempre le dice al venirla a consolar.

Y añade «El monsieur te ama, sufre si estás molesta con él, no lo hizo con mala intención».

Siempre que lo escucha quiere vomitar, porque quien te ama no debería dañarte de esa forma, Papa no la ama, si la amase no le gritaría semejante brutalidad, ni la reduciría a una muñequita de trapo porque se le ha dado la simple gana, no la golpearía tan fuerte, no le privaría la cena si se porta mal, no la amenazaría constantemente con matar a Masako, ni le recordaría con esa sonrisa escurriendo de pura hipocresía que puede venderla cuando se le dé la gana, tiene apenas once años, no entiende nada ni tiene que hacerlo. ¿Quién mató la inocencia? ¿Quién la sacó de nunca jamás?

Aunque tal vez, esa es la clase de amor para la que está destinada, el tipo de cariño que pide es este, ella lo incita, ella lo provoca, ella altera a Dino para que le grite dichas cosas, es su culpa, Eiko se ha portado mal y este no es más que un simple castigo. Ella está enferma por no poderlo ver, él la ama, claro que la ama, por eso le ha comprado su pieza repleta de lujos y le permite bailar, pero así como la ama puede dejarla de amar si hace algo que rompa ese tenue equilibrio, puede reemplazarla, ella es reemplazable y desechable, no puede olvidarlo. Es su muñeca de trapo, no un diamante.

Entonces, después de abusarla física y mentalmente hasta que no da más, Papa la buscará con su sonrisita carente de culpa, puff, como si nada hubiese pasado, como si nunca le hubiese gritado esas cosas y parten de cero. Aquello solía confundirla, si lastimas a otra persona lo correcto es pedir una disculpa, es de las pocas enseñanzas que aún recuerda de su madre (mamá, ¿cómo lucía?), así que, ¿por qué Golzine no se disculpaba? Le hizo daño, la tuvo llorando toda una maldita noche otra vez, y no, Eiko no va a fingir que nada ha pasado porque está herida, muy herida.

Amor en rojo [Gender Bender]Where stories live. Discover now