Vespero

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-¿Siempre es lo mismo? Vienen a molestarme cada vez más y más esos asquerosos insectos-

Daki salía del agujero del suelo directamente a su habitación, pasando de ser una tela extendida a su forma humana, esa bella doncella Oiran envidiada por muchas y deseada por tantos. No le molestaba que los cazadores vinieran, lo que realmente le irritaba era la cantidad abundante que la perseguían, es como si tuviera que pisar cucarachas a cada instante, sin que se detuvieran y tampoco se terminaran, quería un verdadero reto, algo por lo que el señor Muzan la elogiara y sabia exactamente que era, asesinar a un pilar. Eso es lo que necesitaba, que otro pilar se apareciera frente a ella y con su poder, de sexta luna lo aniquilaría fácil, porque tenia su as bajo la manga, su mayor fortaleza.

-Asquerosos insectos- pateo con rabia la base donde colgaba su kimono
-¿Qué es lo que pasa?- en su mente resonaron esas palabras casi con desgana- ¿Por qué estas tan molesta?-
-Onii-chan ¿Estas despierto?-
-Con tanto ruido no es fácil dormir- tan serenas sonaban sus palabras
-Si ya estas ahí al menos ven a verme-
-Te estoy viendo-

Daki se movio en la habitación hasta encontrar el espejo, notando el ojo en su frente característico de su hermano.

-No me refiero a eso- le grito agitando los puños en el aire

Sin perder el reflejo, noto la figura oscura que salía de su cintura con una calma y cuidado, no es que la lastimara si salía rápido, aun asi no se atrevia a salir bruscamente, los pies tocaron el suelo y por fin la silueta completa estaba afuera.

-Ahora si estoy viendote- hablo al girarse para quedar de frente

Rápidamente se lanzo al escuálido pecho de su hermano, no tenia porque ocultarlo, el sabia más que nadie lo frustrada que estaba y si preguntaba era por costumbre, porque al estar juntos como demonios, se habían vuelto uno solo, la conexión entre ellos era más tan fuerte porque no solo compartían sangre, si no sentimientos, emociones, vida y muerte, al tener todo eso de por medio su relación no se podía comparar.

Dio unos pasos atrás para no caer, cuando se sostuvo paso una mano por la espalda y la otra a su cabeza para palmear con suavidad, eso solía calmarla.

-Ya, ya-
-Estoy harta de esos feos, insignificantes, asquerosos, repugnantes cazadores-
-Esos insectos son cosa fácil que eliminar, no deberían ser molestia-
-No es que sean difíciles, es que son muchos- se alejo de el- vienen y vienen como si yo tuviera tiempo para estar ensuciándome las manos, no es lo que quiero, el señor no me alabara por matar a esos insectos-
-No soy el, pero yo te alabare por eso-
-Eso no cuenta, es como si yo misma lo hiciera- se cruzo de brazo con la boca torcida

Gyutaro se acerco a los cojines apilados en una esquina sentándose, a el le tocaba comerse los berrinches de su hermana, todos y cada uno de ellos, le hablaba de lo magnifico y galante que era el Señor Muzan, que para su suerte no era el quien lidiaba con su presencia, ya tenía bastante con los largos relatos de la chica, que lo entendía a la perfección, era un hombre apuesto, elegante e imponente, todo lo que esperaba del hombre que despertó sentimientos tan fuertes en Daki.

Pero ese dia el demonio no estaba al cien, tal vez era el animo de su hermana lo que le estaba afectando, hoy no quería escuchar sus quejas, simplemente quería estirar las piernas ya que estaba afuera y relajarse con el sonido de tranquilidad que ofrecía la noche, tan era su absorción, que ya está bien a un punto detrás de su hermana sin concentrarse en algo concretamente.

-¿Me estas escuchando?-
-…Si …te escucho- la verdad es que no lo hacia se encontraba mas interesado en ponerse comodo
-Mientes-

Suspiro, palmeo su pierna y la miro fijo, a Daki le pareció solo un poco extraño, chisto la lengua y camino hacia el con desgana sentándose entre sus piernas mientras le daba la espalda como si fuera lo más cómodo del mundo.

Nymphaea || Gyutaro y DakiWhere stories live. Discover now