Reencarnaciones del pasado

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Sus pasos eran sigilosos como aterradores, su respiración era pesada, atrapándose en el plástico oloroso de esa pesada máscara de un zorro pirata. Sus intenciones no eran buenas, su nivel de diversión eran a través del sufrimiento y miedo de los demás, otorgándole ese miserable papel a el pobre niño que jugaba sólo, en un viejo columpio.

Las cadenas del juego cesaron por el niño que había dejado de jugar, y entre su tímido andar, su postura era tan oculta y muy miedosa, aferrándose a lo que sería un juguete muy afelpado y amarillo. Su mente inocente estaba tan distraída que no esperaba como un monstruo de un solo ojo lo espantara, amanzanándole con un afilado garfio. El niño chilló del puro terror, el monstruo rojo de la pizzería lo había perseguido para atormentarle y lo único que podía hacer es llorar entre la tierra sucia.

Pero su llanto se mezclaba con la irritante risa de un joven adolescente, quien había asustado a su pobre hermano menor.

—¡Oye, idiota! — Su diversión fue interrumpida por la gran molestia recién llegada. Cuando el joven se quitó la máscara, se encontró con una furiosa joven de su misma edad, la adolescente tenía sus manos en cada cadera, revelando su fuerte postura con su expresión dura y muy enojada. Pero él ni siquiera se inmutó. —¿Qué te pasa por esa cabezota? ¿Acaso no tienes cerebro?

—Uy, ya llegó la señorita drama. — él le contestó de manera pesada y muy burlona. Alimentando el hambre furioso de la adolescente.

Sus puños se cerraron, mostrando presión. —Y tú eres un inconsciente bravucón. —  Ella le incriminó, cabreada. —Ya deja de molestar a tu hermano, Michael. Eres un imbécil. ¡lo estás traumando de por vida! Solo es un niño. — su presencia femenina se posicionó en frente del pobre hermano menor, quien trataba de calmar sus llantos al sentir esa fuerte imagen materna en la chica.

Michael bufó, haciendo ojos blancos al recibir esa queja aburrida y absurda. —Es un bebé llorón.

Ahora sentía su vena palpitar de la rabia contra el adolescente sin modales, la chica preparó su puño, tensando todos sus músculos y con una velocidad impresionante, golpeó el abdomen del chico mayor. Michael hizo énfasis, tocándose su estómago por el dolor, en un intento fallido de pasar desapercibido, pero en el fondo sentía que le faltaba el aire. —Escúchame pirata, si vuelves a molestar a Evan, te las veras conmigo. — la joven declaró con autoridad, haciendo referencia a esa máscara de un zorro pirata.

Michael quería escupir y tragar aire a la vez, pero solo se quejó entre gemidos de dolor. Wow, esa chica tenía carácter y habían veces que le daba miedo. El joven calmó su respiración ahogada y miró a la chica vengadora. —Oh vamos, T/N. — llamó por la joven, mientras se limpiaba la saliva. —Son solo bromas.

La plaza estaba desolada y solo eran ellos tres las únicas almas en ese lugar, pero fueron por pocos segundos, ya que T/N había tomado en brazos al pequeño niño, quien se había acurrucado en el hombro de la joven, sosteniendo de sus prendas con fuerza, no quería soltarla y mucho menos con su hermano cerca. —Tranquilo pequeño, ¿Quieres ir por un helado? — Su tono suave y muy dulce lograban agobiar el miedo del pobre Evans, el niño de camiseta corta y negra asintió tímidamente, pero no la miró, él cerraba sus ojos para disfrutar de esa protectora presencia maternal que T/N le brindaba. Se sentía muy protegido.

—Eso no es justo, yo también quiero. — Michael protestó infantil, siguiéndole el paso a la joven, ya se había despojado de esa máscara y ahora estaba al lado de T/N, obsequiándole de su compañía molesta.

Ella le dedicó una mirada poco amigable. —Ni de hablar.

—Ugh, siempre mimas a mi tonto hermano, ¿por qué no eres así conmigo? — Michael accidentalmente escupió esas palabras, pero no se daba cuenta de su declaración, pero ella lo captó.

You Are My Superstar!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora