Todas las mentiras,
todas las verdades,
todo el amor profesado entre dos personas.
Sólo era un cuento de hadas.
• Esta historia narrativa simple sería un oneshot, no se por qué, pero me dio por dividirlo en partes, tal vez para conservar un poco de...
Xiao Zhan estaba vestido con un elegante traje negro, su sonrisa era tan hermosa como siempre, pero esta vez ya no reflejaba la ingenuidad y la torpeza con la que solía mirarlo, era sólo maldad, era locura y diversión.
Wang Yibo nunca se hubiera dado cuenta que estaba enamorado de su mayor enemigo, de un psicópata capaz de arriesgar su propia vida en un juego donde actuaba a ser una pobre e indefensa víctima, llorando y expresando emociones que no sentía.
El que fue un niño cuando sometió a todo Sean y a su propio padre a sus pies, la mayor amenaza y terror.
Sólo había una pregunta que quería hacer a pesar de que ya sabía toda la verdad:
—¿ Quién eres?
Xiao Zhan sonrió ampliamente, su oscura mirada era brillante y llena de vida.
Los hombres de Huang estaban a sus espaldas, pero Wang Yibo sabía que en realidad nunca estuvieron a sus servicios, sino a los del hombre que estaba frente a él.
Lo último que Wang Yibo sintió fue un fuerte golpe en la nuca y ya todo se volvió oscuro, sólo podía ver esa sonrisa siniestra en el rostro de la persona que amaba. Ahora sus verdaderos ojos realmente daban miedo.
Poco después la organización criminal de Huang fue desarticulada por la policía, pero no se pudo tocar la corporación Sean a falta de pruebas.
Un nuevo presidente asumió el mando de la corporación Sean tras la muerte del anterior.
El oficial Wang fue condecorado con una medalla de honor y pidió unas vacaciones indefinidas para quedarse a descansar con su esposo.
Había perdido la movilidad de sus piernas y sus ojos eran más dóciles y apagados, sus palabras eran tan pocas que daban lástima por las secuelas que sufrió durante la operación de desarticulación criminal.
Luego de ello nunca más se lo volvió a ver.
Sólo había una nueva pintura que estaba siendo puesta en el muro del gran salón en la mansión Xiao, ahí estaban dos hombres atractivos, uno en silla de ruedas y con la mirada perdida y apagada que dejaba en claro que su cordura y sus esperanzas lo habían abandonado hace tiempo. Y el otro hombre estaba de pie a su lado, apoyando su mano sobre el hombro del contrario, con una hermosa sonrisa en su atractivo rostro, una sonrisa que entre más se miraba más inquietante se volvía, tan aterrador que se tenía que inclinar la cabeza para dejar de mirarlo.
Eran los esposos, Wang Yibo y Xiao Zhan.
Era Xiao Zhan, el verdadero patriarca de Sean, oculto en las sombras y desempeñando un papel insignificante mientras veía jugar a sus piezas de ajedrez en el tablero.
Era Wang Yibo, un huérfano que buscó venganza a toda costa. Pero al final, un huérfano que se enamoró de un cuento de hadas.
. . . . . Fin
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Si creían que Zhan era una damisela en peligro🤡, pues no mis cielas, es una perra empoderada que condujo una gran organización criminal desde los diez años.😆
