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Sus regordetas mejillas y sus hermosos ojos oscuros daban ternura, pero a la vez daban miedo y causaban inconscientemente las ganas de inclinar la cabeza para dejar de mirarlo.

Poco a poco el arma en las manos de Wang Yibo pesaba tanto que terminó cayendo al suelo, sus ojos se abrieron bastante y su tez estaba tan pálida que parecía un muerto.

Él recordaba a ese niño, ese niño era alguien que se aproximó a él el mismo día que sus padres fueron enterrados luego de ser encontrados tras haber sufrido un extraño accidente automovilístico. Todos lo decían así pero él sabía que sus padres fueron asesinados por ser los detectives a cargo de investigar a la mafia, era a la organización Sean a quien trataban de hundir y simplemente desparecieron para luego aparecer muertos.

Él lo recordaba, a sus cinco años había perdido a sus padres y juró que iba a vengarse de ellos encerrando a cada uno tras las rejas, era el motivo por el que había llegado tan lejos. Pero ese niño era su mayor miedo, ese niño era quien le dijo el porqué sus padres estaban muertos y quién lo hizo. Era él a quien había buscado por tantos años.

Y ese niño era quien ocupaba el sillón del patriarca con tan sólo aproximadamente unos diez u once años, si ese niño estaba ahí...

Wang Yibo volteó rígido hacia el hombre que estaba en el suelo y que ahora reía como un loco mientras poco a poco la vida se le iba de las manos.

— Q-quién... es él— inquirió y el hombre por fin se calló.

— Pedí que lo maten, rogué por ello, yo también quería acabar con esa maldita pesadilla. Pero fuiste tú quien lo quiso vivo¿ verdad?— el hombre en el suelo lo miraba expresando locura en sus rojizos ojos—. Pero tal vez, él ya lo sabía, él siempre lo sabe todo. Él es mi único hijo.

Su risa volvió a ser tan escandalosa pero Wang Yibo ya no podía escuchar.

Resulta que ese niño era la persona que amaba, era la persona que mandó a matar a sus padres, era el verdadero patriarca de Sean, y estaba vivo por su culpa.

No era que el señor Xiao lo amase como al mayor tesoro de su vida, sino que le tenía tanto miedo y respeto como si fuese una peligrosa mamba negra, apuntando sus colmillos hacia su cuello y salpicando con su veneno cada espacio de su libertad.

Cuando volvió a reaccionar el hombre en el suelo ya había muerto y el silencio reinaba. Su cordura poco a poco se fue perdiendo mientras se repetía una y otra vez que nada tenía sentido. El patriarca de Sean era sólo un niño, y aunque ahora era un hombre antes fue un niño.

Un niño dominó la más grande organización criminal de toda Asia, era un niño el que mandó a matar a sus padres,¡ era un niño! ¡ Tenía que ser una maldita broma!

Xiao Zhan estaba tan asustado todo el tiempo que estuvo encerrado en el sótano, lloró, rogó, no sabía nada de lo que su padre hacía en secreto,¿ cómo podría ser esto posible?

— ¿ Estás aquí mi amor?

Esa voz que amaba escuchar cada mañana cuando despertaba y cada noche cuando llegaba a casa, ahora lo estremeció.

Lo poco de color que aún quedaba en su pálido rostro se drenó completamente. Ese niño, el patriarca de Sean había llegado, ya estaba ahí con él.

FAIRYTALE.    //    YizhanWhere stories live. Discover now