Pequeño ángel [KatsuDeku] (Finalizada)

03

Al día siguiente Katsuki habló con Izuku y le propuso ir de vacaciones con él y Yuu.

Izuku se sintió confundido, pero aceptó, por Yuu, podría trabajar allá también así que no había problema.

Cuando Yuu lo vió llegar al aeropuerto saltó de la emoción.

Al menos el proceso para comprar los boletos y subir al abordaje no fue tan aburrido con Izuku ahí.

Una vez llegaron al avión, en primera clase por cierto, Izuku evitó a Katsuki por todos los medios posibles. Aunque Yuu no ayudaba ya que quería estar con ambos.

Hasta que...

— Disculpe — Le llamó un joven de cabellos rubios y ojos azules pintando para gris — ¿Es usted Midoriya Izuku? —

— Eh, si, soy yo — Izuku alzó la cabeza confundido, no recuerda conocer a ese sujeto — ¿Hay algún problema conmigo? — Preguntó nervioso.

— ¡Oh, no! ¡Para nada! Disculpa que me haya acercado de la nada, es solo... Soy un admirador tuyo, y me acerqué a saludar al autor de uno de mis libros favoritos — El chico actuaba calmado y con elegancia — Soy Monoma Neito, un gusto —

— O-oh, el gusto es mío, Monoma, no sabía que tenía admiradores jejeje — Izuku sonrió y correspondió el apretón de manos.

— ¿Qué dices? Tus libros son muy conocidos, tienes varios fans — Monoma le besó el dorso de la mano — ¿Me permitirías invitarte un trago? —

— C-claro — Izuku no podía rechazar la propuesta así que con un poco de nerviosismo se levantó y fue junto a Monoma al bar del avión.

Mientras tanto Yuu y Katsuki veían todo en silencio.

— Papá — Llamó Yuu — No quiero a ese tipo cerca de Izuku —

— ¿Porqué? — Katsuki le vió expectante.

— No quiero que Izu tenga novio —

— ¿Cómo sabes que será su novio? —

— Es obvio que le estaba coqueteando e Izuku siente al menos una ligera atracción por él. Vamos papá, usa los ojos —

— Lo que sea, su vida amorosa no nos importa a nosotros — Dijo sin importarle el tema.

— A mi si — Hizo un puchero y trató de bajar de su asiento, per su padre lo detuvo — ¿Papá? —

— No vas a interrumpirlo, señorito, más bien, cuéntame cómo va tu colegio —

— Voy bien, ahora, déjame ir. —

— No, habla más —

El niño le vió con el ceño fruncido a lo que Katsuki le frunció el ceño también. Ninguno cedía, ninguno se daba a torcer. Eso hasta que llegó Izuku y se sentó así lado de nuevo.