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_Taehyung, llegamos_ dijo Jungkook, abriendo la puerta trasera del auto. Mientras que en su cara bailaba su típica sonrisa.

Salí del auto dándole una sonrisa al señor Jeon, lo cual me fue devuelta. Subí las escaleras tras Jungkook, mirando de reojo al señor Jeon guardar su auto. Un clásico Sport Racing a la cochera.

El cuarto de Jungkook esta vez estaba muy ordenada y organizada. Me acerque a una de sus ventanas, abriendo la cortina de esta. El cielo estaba muy estrellado.

_Demasiada contaminación de luz_ escuche decir a Jungkook al costado mío.

_Demasiada contaminación de luz_ conteste.

Nadie dijo nada por un momento. Solo nos dedicamos a observar la contaminación de luz en el estrellado cielo. Me di cuenta de un dato muy curioso sobre Jungkook: <<no le gustaba usar zapatos>>. Ahora estaba sin zapatos, ni siquiera unas pantuflas. El hecho de que sea asiático tal vez lo defendía un poco sobre dicho tema.

_ Y entonces, ¿por que tienes este lío con tus zapatos?_ le pregunte.

Jungkook miro sus pies descalzos ante mi pregunta.

_No me gustan. Así es. Es todo. No tengo ningún secreto con eso.

Solo asistí con la cabeza comprendiendo y volví a ver al cielo. La verdad es que me llego a gustar el hecho de Jungkook teniendo una guerra contra sus zapatos. Llegue a darme cuenta sobre esto cuando Verónica invito a Jungkook a una misa junto con nosotros, y me senté junto a él. Se desato los cordones y se quito los tenis justo ahí, en el banco de la iglesia. Y yo le lance una mirada. Jungkook solo entorno los ojos y apunto al crucifijo y susurro:

_Jesús no lleva zapatos.

Aguante las ganas de reírme.

La puerta del cuarto de Jungkook se abrió, mostrando al señor Jeon con una bandeja sostenida en sus manos que contenía dos vasos de jugo de naranja.

_Papá debes tocar_ refunfuño, Jungkook.

_Lo siento, a veces olvido que estas creciendo mocoso_ respondió el señor Jeon, pasando su vista hacia mí, para después entregarme un vaso de jugo. El cual recibí gustoso.

_Gracias_ le dije con una sonrisa. El señor Jeon me la devolvió y le dio el otro vaso a Jungkook.

Mire a Jungkook tomar todo el jugo del vaso mientras su padre le desordenaba el cabello. Y tuve algo de envidia. Mire al señor Jeon; parecía joven. Lleno de vida.

_Bueno, me voy, diviértanse_ dijo, poco después.

Olvide que iba a decir cuando el señor Jeon se fue, ya que Jungkook se agacho y estiro las manos. Estaba desatando los cordones de mis tenis mientras decía: "quítate los zapatos, Kim". "Vive un poco".

_Ven, vamos a mi patio_ propuso después.

Lo mire confundido _Es de noche, y esta oscuro.

_Prenderemos las luces y listo _dijo Jungkook alzándose de hombres, quitándole importancia.

Salimos al patio. Jungkook propuso un juego, que se trataba de quien podía lanzar sus tenis mas lejos. Con algunas reglas de por medio. Tres rondas, lo que significaba seis lanzamientos. Conseguimos unas cuantas ramas para que marcaran donde caían los tenis. Jungkook presto una cinta métrica para medir del señor Jeon.

_¿Por que tenemos que medir los metros?_ le pregunte _. Solo marquemos los lugares de donde cayeron los tenis, quien tenga las ramas mas lejana es el ganador. Simple.

_ Tenemos que saber la distancia exacta_ me respondió Jungkook.

_¿Por qué?.

_Porque cuando hacemos algo, tienes que saber exactamente lo que estas haciendo.

Aquel Nevado de Diciembre. /kookV/ EN EDICIÓN.Where stories live. Discover now