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La campana nuevamente resonó alertando la entrada de otra persona dentro del lugar. La luz solar comenzaba a iluminar débilmente ciertas partes del lugar indicando que el día siguiente había llegado.

Toji ingresó en busca de su amigo ms cercano mientras secaba el sudor de su frente; el lado bueno de despertar temprano para hacer ejercicio era que al terminar su rutina, podía ser libre de ir a visitarlo mientras compraba una botella de agua para empezar su día. Usualmente se quedaba un buen rato acompañando al otro pelinegro, hablando de cualquier tontería relacionada a la escuela o simplemente quedándose en un cómodo silencio en donde su mutua compañía era suficiente para tener un buen día.

Se quito los audífonos mientras se acercaba al mostrador topandose con la ausencia de su compañero, cosa que se le hizo raro en un inicio, ya que sabía lo mucho que cuidaba su empleo, se le ocurrió que quizá lo encontraría reorganizando las revistas con los audífonos puestos, cosa que explicaría que no lo haya escuchado, por lo cual, tomaría su botella y lo alcanzaría después.

Dio unos pasos hacia el refrigerador, sintiendo algo raro en el ambiente, ese presentimiento molesto de que algo no marchaba bien lo pudo en alerta, sin esperarse que al llegar, se toparía con el cuerpo de su amigo tirado sobre el piso. Este, se encontraba pálido, un hilo de sangre escurria de su nariz, mientras que su ojo estaba verdaderamente inflamado, parecía que ni siquiera iba a poder abrirlo por un buen tiempo.

—Suguro— Lo llamó sintiendo como los nervios trataban de apoderarse de él, agitando el pesado cuerpo de Geto bruscamente. ¿Qué se suponía que hiciera?, no tenía experiencia en ese tipo de cosas, pero el muchacho parecía seguir vivo, necesitaba hacerlo reaccionar así que lo único que se le ocurrió fue tomar la botella de agua más fría que tenía a su disposición para después, derramar el semi congelado líquido sobre la cara de Geto quien no tardó demasiado en despertar tosiendo el agua que entró a su boca.

—¡¿Qué mierda?! — exclamó molesto antes de sentir de golpe todo el dolor en su rostro —Joder... —susurro colocando su mano sobre su ojo sintiendo lo hinchada y caliente que la piel de la zona estaba —¿Qué hora es? — preguntó intentando tomar el sentido de lo que estaba sucediendo.

—Son las 7, ¿Qué fue lo que te pasó?, ¿Hace cuánto tiempo estás inconsciente? — preguntó Fushiguro colocando la botella de agua restante sobre el ojo de su amigo.

—No lo se... Hace mucho... Maldición ¿Se ve tan mal? — volvió a hablar antes de levantarse de golpe, recordando que era lo que se habían llevado, dejando de lado la atención del contrario —No puede ser, estoy frito— susurró observando el desastre que habían ocasionado mientras el estaba inconsciente.

—No fue tu culpa, ¿Recuerdas quien fue el que te golpeó?—

—No lo sé, creo que tenía el cabello rosado y unos tatuajes en la cara pero no pude verlo con claridad, me golpeó dos veces con una manopla, ¿Qué quieres que te diga? — Toji suspiro —Vamos, mi turno terminó... Espero que no me cobren lo que se llevaron—

—Tu trabajo es una mierda—

—Trabajar es una mierda— afirmó sonriendo un poco —Estaba haciendo una tarea cuando ese imbecil llegó, y tuve una idea de que hacer para terminarla  —Fushiguro alzó una ceja escuchándolo atentamente mientras caminaban a casa de Suguro, solía ser en ocasiones algo frío o tosco, pero no iba a abandonar a su compañero en una situación así —Y... Acabo de olvidar por completo que es lo que quería escribir, ¿Puede ser peor? — Sintió como una gran mano se acercaba a su cabeza para despeinar su cabello sin mirarlo realmente, ¿Si quiera lo estaba escuchando?

—Eres muy inteligente, algo mejor se te va a ocurrir. Puedes hacerlo.— fueron unas pocas palabras, tan cortas que para cualquier incluso resultarían simples, pero cuando conocías a esa persona, y su dificultad para expresarse correctamente, hacia que esa simple frase se volviera un poco más sincera que si hubiera sido dicha por otras personas, e inclusive, más significativa.

Eclipse (Satosugu) Where stories live. Discover now