ᴇɪɢʜᴛᴇᴇɴ

130 34 0
                                    

El crepitante sonido de la madera al quemar se escuchaba sobre su corazón, sus pupilas habían demostrado su naturaleza draconiana por culpa de los nervios, y es que, desde que Ochako le había dejado al descubierto como un ser sobrenatural, Katsuki no había dejado de mirarle, incluso parecía inspeccionar cada movimiento suyo, sabía que estaba evaluando la amenaza que era pero aún así no se había apartado de su lado.

Aún así seguía calentando sus manos.

ーEijirōー

Por primera vez en mucho rato Katsuki había usado el don de la palabra para llamar su nombre y sinceramente se sintió bien, no había odio en su voz, no había asco ni miedo, solo estaba ahí, un sujeto que mataba bestias al desayuno y jugaba a la guerra con una bruja en las tardes después de escaparse de sus deberes.

Le sonrió.

ーDime ー

ーLos dragones son inmortales, ¿Cómo es que no te podías curar? ー

No sabía cómo responderle, en primer lugar él no se había querido curar así mismo desde el comienzo, no es como que no pudiera, y por otro lado no entendía como Katsuki sabía tanto de dragones, o mejor dicho, de la inmortalidad.

ーFue algo psicológico ーinterrumpió Ochako llevando dos tazas de algo humeante a ellos que fueron recibidas sin peros ーno es que no quisiera curarse, no podía, los dragones usan magia para curarse, si él no se curó es porque había algo dentro que le decía que no lo hiciera ー

Eijirō bajó la mirada a la taza que rodeó con ambas manos intentando no revelar más de lo que ya se había revelado. Ochako tenía razón en todo, pero no podía simplemente aceptar sus razones, no podía decir en voz alta todo lo que estaba cargando dentro porque a pesar que era su Katsuki, su misma alma, no era el mismo niño que él crió.

Katsuki siguió mirándolo, sentía que sus ojos podían ver su interior haciéndolo sentir incómodo, sus propias piernas subieron sin permiso hasta que sus rodillas tocaron su pecho y en ellas apoyó su quijada, como si quisiera poner una barrera.

Una barrera a algo que no sabía qué era.

Las palabras de Izuku seguían rondando en su cabeza, ese Katsuki no podía jamás saber que era su jinete, no estaba en su destino.

Bastante ridículo pensar en algo como destino a ese nivel de la historia. 

ーDeja de mirarlo tanto tonto, harás que se recluya más de lo que ya estáー 

Katsuki por fin retiró la mirada de él para pasar a dirigirla a Ochako, al parecer ella conocía demasiado, o era demasiado buena leyendo el ambiente para ayudarlo a estar tranquilo. 

ーLos dragones son seres desconfiados, no confían en nadie más que su jinete, y tienen razón en hacerlo, los seres humanos son malos, solo te usan y te desechan cuando ya no te necesitan ー 

ーHeyー gruñó Katsuki haciendo que Ochako se riera, porque obviamente él era humano

ーBueno, tú eres la excepción supongo, después de todo, hasta el pequeño dragón también confió en ti ー 

Eijiro no pudo evitar asentir al hacerle saber que confiaba en él, porque por muy diferente que fuera, sabía que Katsuki era bueno, todo su ser le gritaba que la esencia de ese hombre venía de lo más puro que existía en ese mundo. 

Y Katsuki por primera vez en su vida obtuvo una sonrisa tímida en sus labios que la acompañó una pequeña comezón en su nuca que se vio obligado a rascar con su mano derecha. Ese simple gesto desconcertó a Eijiro, después de todo, todos los Katsuki que había conocido eran zurdos, cada uno de ellos poseía el mismo gesto pero siempre era ejecutado con la mano izquierda.

Prefirió guardar silencio, algo le decía que esa reencarnación no sería igual que las otras. 

De pronto el sueño de nuevo le estaba ganando, como estaba en una cama sólo tomó un poco más las prendas que cubrían su cuerpo con sus ahora nuevos dedos para cubrirse hasta el cuello, sus labios se vieron separados un poco para poder respirar bien, sin poder decir nada sus ojos comenzaron a cerrarse porque simplemente se sentía en paz, algo que hace mucho no sentía, después de todo, estaba de nuevo completo. 

❛Promise❜『Bakushima』Where stories live. Discover now