No puedo perderte.

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Día 2: Porco vive.
—Porco —susurro buscando en la tercera casa cerca de donde era la muralla.

Sintió que las murallas se caen y cuando llegó al piso le importo muy poco la guerra en ese momento, no le prestó atención a nada más que no sea encontrar a su amigo que había sido herido por el titán fundador dejándolo muy lastimado. Su objetivo era encontrarlo y si en el camino se encontraba con Gabi y Falco para ella estaba bien. Reviso cada habitación que encontró en la planta baja y no estaba ahí, dio un grito suave de frustración. 

Lo vio todo. Desde ahí arriba pudo ver con claridad cómo golpeaban la nuca del titán mandíbula, incluso creyó que lo había matado, pero para su suerte lo vio salir de su titán. Le dio otro susto ver cómo Falco corría a él, sin embargo Reiner lo detuvo, le dolía ver como su Reiner ya no estaba, pero era Porco. Puede ser vista como egoísta ahora, pero era su amigo de toda la vida prácticamente, él que la cargaba cuando no descansaba bien, él que aceptaba sus bromas sobre él sin enojarse, era su compañero de todo. No podía perderlo, no después de haber perdido a Marcel. No. A él no. No a los dos Galliard. 

—Pock —murmuró otra vez subiendo al piso de arriba.

Busco en la primera habitación, sin resultado, cambio a la otra puerta que era el baño y no vio nada. Salió despacio de ese lugar y encontró manchas de sangre en el piso, ni siquiera lo dudo un segundo y se puso a seguir ese rostro hasta la habitación que entraba y se perdía tras la puerta. Los sonidos de afuera aun dentro de esa casa se escuchaban fuertemente, las pisadas de los titanes colosales anunciando que habían fracasado en su misión, en una misión en la que por poco pierde a su mejor amigo, o tal vez algo mas solo que ella no lo notaba aun. 

Tiene que estar en esta habitación. Estaba muy débil como para perseguir al titán fundador, estaba muy débil como para pelear con la legión de exploración. Ya busque en dos casas antes que está, debe estar en esta o en la siguiente. 

Abrió una puerta y encontró a su amigo acostado en una de las camas acostado de costado mientras su cuerpo se regenera, cubierto de sangre y temblando fuertemente haciendo un sonido en particular con sus dientes. 

—Pieck —murmuró el chico que tenía la vista en la puerta, intentando extender su mano para que ella lo tome, pero le dolió tan solo mover los dedos. 

—Eres un imprudente —reclamo con ira en la voz, se acercó a él con cuidado. 

Demostraba enojo, estar irritada con su amigo, pero por dentro estaba tan preocupada por su estado físico que era la única manera que podía expresar el terror que sentía por perderlo.

—Me duele la cabeza Pieck, habla más bajo, por favor —se estremeció sobre la cama—. ¿Qué es ese ruido tan fuerte de afuera?.

Pieck se quitó el saco verde y lo lanzó a la otra cama, tomó rápidamente la sábana de la cama rompiendo en pedazos desiguales que servirán como trapo para limpiar la sangre que ensucio el enojado rostro de Porco. 

—Las murallas cayeron —le explicó con calma—, salió una cosa enorme de Jaeger... ¿Acaso no escuchaste el mensaje? —corrió al baño para mojar los pedazos y caminar a él nuevamente con velocidad.

—Me desmayé después de que entré a esta habitación, escuché algo pero no, no lo recuerdo muy bien —se quejó contra la almohada en un intento de no sonar tan cansado o agotado.

La chica de cabello negro se arrodilló frente a la cama quedando justo con su rostro lastimado, le provoco un dolor en el pecho al verlo tan herido, tan lastimado, apreto los labios y levemente los ojos. Es un titán, puede regenerarse y lo puedes ayudar con curación simple, primeros auxilios y estará bien, un poco de comida. Paso la tela muy suavemente sobre sus labios retirando la sangre de esa piel tan delicada mientras el abría ligeramente los mismos para que ella pudiera limpiar todo, una ver terminó con esto subió a su mejilla e hizo lo mismo suavemente. Porco gimió con su tacto, le dolía absolutamente fuerte el rostro y la cabeza. Desesperadamente sube el trapo a sus ojos y sus cejas, limpio las cejas. los párpados y el hueco de las ojeras liberando sus ojos verdes. Se conectaron por la mirada, fue cuando sintió una onda tranquilizadora por su cuerpo, como si su mirada fuera medicina para su dolor. 

Pokkopiku Week 2022Where stories live. Discover now