Jennie, una niña encadenada a la felicidad de sus padres por convertirla en empresaria, no estaba segura de su destino.
Pero tal vez ese no era su destino, después de todo, ella era descendiente de Sapphire.
Un mundo donde existe la magia, paralelo...
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"Discúlpame, por favor." Una chica habló apresuradamente mientras corría entre la multitud. Estaba lloviendo mucho en Seúl y ella no tenía paraguas en ese momento.
Maldiciendo un poco por su mala suerte, finalmente se detiene frente a una tienda. Sin mirar qué tienda era, entró.
El olor a lavanda llenó sus fosas nasales, haciendo que sus músculos tensos se relajaran un poco. Mira a su alrededor pero no encuentra a nadie.
Para no invadir la privacidad de nadie, se para cerca de la puerta, esperando que la lluvia disminuya.
Necesita estar en casa ahora y su suerte decidió jugarle bromas, una tras otra.
Primero, recibió mucha tarea, se quedó en la biblioteca para completarla, pero la batería de su teléfono se agotó y no pudo comunicarse con su conductor, por lo que corrió de regreso a su casa, sola.
No estaba tan lejos de su escuela, pero la lluvia comenzó en el medio y ahora aquí está, esperando bajo la lluvia sin paraguas.
Su boca emitió un sonido de molestia porque la lluvia no estaba lista para detenerse y el tiempo pasaba. Sus padres deben estar preocupados.
"¿Jovencita?" Se dio la vuelta, había una hermosa mujer de mediana edad, mirándola. Un brillo desconocido en sus ojos cansados.
"Sí, señora." preguntó respetuosamente. La mujer solo miró a la chica más joven, pasando una mirada de anhelo.
"¿Necesitas un paraguas?" La pregunta dejó atónita a la joven, no se esperaba esto.
"No, está bien, señora. Me iré cuando pare un poco la lluvia. Mi casa no está lejos". Ella declinó cortésmente, a pesar de que necesitaba el paraguas.
"No, está bien y además, no parece que la lluvia vaya a parar pronto". Ahora, cuando mira a la mujer, llevaba puesto un pequeño vestido pasado de moda.
La niña consideró por un momento y el mayor preguntó continuamente, finalmente accedió. Después de dar las gracias y una dulce sonrisa, se fue a su casa.
La mujer de mediana edad mira la figura de la joven que desaparece con una sonrisa dulce pero sospechosa.
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"¿Baile de la noche?" Le pregunté a mi amiga Somi y ella asintió. Mi corazón se aceleró pensando en el chico que me gusta.
Realmente quiero que me invite a salir, pero eso sería lo último que haría.
Le sonreí a Somi y me despedí de ella. Salí afuera de mi escuela y mi chofer me estaba esperando como siempre. Le sonreí al hombre de mediana edad y me senté adentro.
"¿Cómo estuvo tu día, nini?" Me preguntó, tengo una buena relación con todos nuestros sirvientes porque por qué no, todos me han tratado como a su propio hijo.
