Eternidad Prohibida [BL] [✘]

💀 Capítulo O2: Confusión

Realmente se quedó perplejo por unos segundos en observar esa nota, la arrugó haciendo una bola de papel para arrojarla al basurero.

A pesar de estar un poco impresionado por esos mensajes, Tahiel lo seguía atribuyendo a que era el cansancio y no obra de la caja de madera.

Aunque sentía un ligero mareo en su cabeza, el dolor no disminuía y tal vez era por el simple hecho de haber tenido esa pesadilla que le afectó de manera significativa.

Se agarró de los barrotes de madera de la cama y se sentó de manera lenta, el mareo hacía que con solo cerrar sus ojos le generara malestar incluyendo unas increíbles náuseas. Se recostó lentamente no si antes de deshacerse de sus zapatillas y quedándose con la ropa puesta, lo último que recordó fue sucumbirse de nuevo en la oscuridad.

Despertó cuando la luz del sol había colado por las ventanas y supuso que ya era de día, se quedó dormido hasta el día siguiente. Pero seguía doliéndole la cabeza por el mareo de ayer, aunque sentía hormigueos por todo su cuerpo.

Quizás sentía el hormigueo por el simple hecho de a haberse acostado con la ropa puesta, pero era un dolor increíblemente intenso soltando un gemido agudo, intentó levantarse tres veces, hasta que la cuarta vez pudo.

Se dirigió hacia el baño que quedaba hacia al lado izquierdo de su habitación para darse una ducha y olvidarse tan solo unos momentos de todo lo extraño que ocurrió el día de ayer; sobre todo con las increíbles notas que desprendió aquella caja de madera de manera enigmática. Cuando terminó de ducharse, salió con una toalla amarrada en su cintura cerrando la puerta detrás de él, hasta que escuchó la puerta abrirse y era su madre que entraba a la habitación.

Al verlo semi desnudo Tahiel solo quería ser un avestruz y que lo tragara la tierra. Era tanta la vergüenza que sentía que sus mejillas tenían un lindo tono carmín.

—¡Mamá! — exclamó exaltado intentando tapar todo su cuerpo desnudo sin ningún éxito.

—Tahiel, cariño. ¡Oh! Perdona, pero como no me respondías tuve que subir —mencionó con una voz melosa mirándolo fijamente—. Eres tan hermoso hijo, no me importa tu orientación mientras seas feliz, ya sea un nuero o nuera ¡con el cuerpo que tienes lo tendrás loco o loca! —mencionó llevando una mano a su rostro—. Tienes un cuerpo delgado, pero sobresale tu parte oblicua cariño, perfectamente podrías ser un modelo, con tus pestañas largas, ese increíble cabello que tienes y que hayas heredado del idiota de tu padre pero que hayas sacado mis ojos es una combinación perfecta, ¿Por qué no intentas ser modelo? Podría irte bien... —decía su madre con una sonrisa.

—¡Mamá no deberías ser tan directa! —exclamó sintiendo que sus orejas se colocaban más que rojas.

Tahiel a veces odiaba ser de piel tan clara y su madre se reía por aquel comentario que le decía.

—Vamos. El desayuno está listo, apresúrate ya que se enfriará. —dijo con una sonrisa y luego miro hacia su cama—. Que linda caja tienes es muy bonita, aunque le falta pintura...