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- No puedes dejar que ellos te atrapen.

- Ellos sólo quieren usarte.

- Sólo corre y no vuelvas, ellos no tendrán piedad.

- Ya mataron a todos y sólo faltas tú.

- Yoshinori, por favor ocultate. Mamá te ama.

Los recuerdos de ese día eran los que no dejaban dormir a Yoshi, quien se levanta antes de que el sol salga y se sienta en su cama, tratando de alejar aquellos recuerdos.

Ya han pasado muchos años desde eso, pero las imágenes vienen a él como si recién hubiera pasado el día anterior.

Y desde aquello, su vida se había basado en esconderse en ese bosque que cuidaba todos los días.

La única persona que había entrado había sido Asahi, a quien miraba de reojo todo el tiempo.

Asahi creía que no se daba cuenta, y que se la pasaba dibujando todo el tiempo sin verlo, pero Yoshinori lo miraba siempre que su vista lo dejaba.

Incluso sabía lo que pasaba con él, pues fue testigo más de una vez de cuando Asahi asesinaba sin querer alguna flor del bosque.

No quería incomodarlo al decirle que lo sabía, así que simplemente fingía demencia y escuchaba lo que Asahi tenía por decir.

Le gustaba estar con él y hablar. Sentía que no estaba escapando de nadie cuando estaba con Asahi, y era la primera persona después de muchos años con la que habla e interactúa.

Y si no fuera porque lo había visto antes en el bosque, probablemente no se hubiera dejado ver.

Porque no fue un accidente que Asahi lo encontrara en el bosque.

Ya que fue Yoshinori el primero en encontrar a Asahi mientras tiraba flechas con su arco.

Le había fascinado su rostro que parecía angelical (y vaya que Yoshi sabía sobre eso), y la forma en la que hablaba de cosas que le gustan le hacían pensar que se estaba enamorando.

Aunque no lo sabía, la última vez que se enamoró sintió lo mismo, pero no a esa intensidad.

No como para salir de su zona de confort y ponerse en peligro.

Así que por eso salía de casa todos los días para ver a Asahi, quien tenía miedo todo el tiempo con sólo pensar que Yoshi se entere de su secreto.

...

Asahi estaba en las mismas, se estaba enamorando.

Al principio sólo era una fascinación y curiosidad hacia Yoshinori, pero empezó a sentir eso a lo que todos llaman "enamorarse" en cuanto empezó a pasar tiempo con él.

Se sentía emocionado, y ya no se levantaba de su cama cada día sintiéndose la peor persona del mundo. Ahora sólo se levantaba ansioso por poder salir de casa para ver a Yoshi.

Y ni siquiera había visto a su padre esos días. Sabía que llegaba a casa y se iba porque lo escuchaba, pero no lo miraba.

Y no lo quería ver.

Salió de casa y se dirigió al bosque, esperando no llegar tarde.

Su corazón latía muy rápido por la emoción de encontrarse a Yoshi otra vez, y así era desde semanas atrás.

Y al igual Yoshi también salía de casa apurado con una tarta de manzana en sus manos, esperando a que le guste a Asahi.

Ambos llegaron al lugar al mismo tiempo, encontrándose frente a frente.

- Hola. - saluda Asahi, sonriendo.

- Hola. - Yoshi saluda devuelta, también sonriendo.

Asahi no nota la tarta que Yoshi tenía en manos por estas viendo sus ojos amarillos, hasta que este le habla.

- Traje tarta de manzana. - dice y se sienta, seguido de Asahi frente a él a varios metros. - Dijiste que te gusta mucho.

- Recuerdas eso? - pregunta sorprendido y conmovido. - Eso lo dije días después de conocernos.

- Tengo buena memoria. - responde mientras sirve la tarta en dos platos junto a un tenedor.

Yoshi le acercó el plato a Asahi a una buena distancia, y luego Asahi esperó a que Yoshi retrocediera y tomara el plato, empezando a comer con el tenedor.

Una exclamación de sorpresa salió de los labios de Asahi al probar la tarta. - Que rico! - dijo una vez se tragó lo que se había metido a la boca, tomando otro enseguida.

Yoshi sonríe satisfecho y también come, orgulloso de su trabajo. - Hace cuánto no comes una tarta de manzana?

- Bueno... mi mamá era quien las hacía. - murmuró.

- Oh. - Yoshi se golpeó mentalmente. - Lo siento.

- Tranquilo. - Asahi le sonríe. - Tu tarta es muy buena.

- Gracias. - Yoshi agradece, viendo que Asahi no se notó tan afectado por la mención de su madre.

Después de terminarse sus pedazos y comer otro más, ambos chicos empezaron a hablar como de costumbre.

- Tienes pensado algún día salir de aquí? - pregunta Asahi, sintiéndose muy lleno después de dos piezas de tarta.

Yoshinori niega. - No en realidad. Me gusta aquí. - lo mira. - Y no me falta nada.

- No te gustaría viajar y conocer otros lugares?

- Ya he viajado antes y he visitado lugares. - responde con sinceridad. - Este es como mi jubilación.

Asahi ríe con gracia. - Pareces un hombre de ochenta años hablando. Estás seguro de que tienes diecinueve?

Yoshi sonríe de lado. - Casi seguro. - lo señala. - Y tú? Tienes algo planeado cuando salgas de tu casa?

Asahi baja la mirada. - No creo salir de casa en un futuro cercano. Pero siempre he querido tener un invernadero. - confiesa. - Uno con muchas plantas y flores. - suspira pensando en la imagen que se hacía siempre al pensar en eso. - Con bonitas mariposas y el sol iluminandolas. - sonríe triste y mira los ojos de Yoshi. - Pero lo veo muy imposible.

Yoshi nota la tristeza plasmada en el rostro de Asahi. - Vas a tener tu invernadero. - dice muy seguro. - No puedo ver el futuro, pero algún día lo tendrás.

- Ojalá estés en lo cierto. - sonríe con algo del positivismo de Yoshi contagiandolo. - Gracias.

Yoshi contempla la bonita sonrisa de Asahi. - Es un placer.





































Un juego pequeño.

Al que adivine cuántos capítulos tendrá la historia, le dedico el último capítulo 💪🏻

:)

Touch ● YoshisahiWhere stories live. Discover now