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Pasaron un par de semanas desde que Asahi dejó de ir al bosque para encontrarse con Yoshi, y este estaba más que preocupado.

Yoshi seguía yendo al lugar donde siempre se miraban, desde temprano hasta la noche.

Sabía dónde quedaba su casa una vez que Asahi se lo dijo, pero no ha tenido el atrevimiento de ir para saber lo que está pasando.

O así fue la primera semana.

Mientras que esperaba a Asahi todo el día, Yoshi pensaba en cómo acercarse a su casa para saber cómo estaba.

Tenía una ligera idea del por qué Asahi había dejado de ir, y prefería esa opción a la otra que estaba transitando por su mente y que no era para nada bonita.

Así que después de esperarlo durante todo el día, Yoshi se levantó del pasto y suspiró antes de comenzar su camino hacia la casa de Asahi.

Llevaba un gran suéter negro y unos pantalones del mismo color, y lo único que lo hacía notar por lo oscuro de la noche eran sus ojos, los cuales brillaban con ese color amarillo que dejaba hipnotizado a cualquiera.

Mientras caminaba, las palabras que había pensado en decirle a Asahi empezaban a revolverse, haciéndolo sentir nervioso.

Llegó a su casa, viendo todas las luces de la casa apagados, así que se dirigió a una ventana y empezó a sentar pequeñas piedras.

...

Asahi miraba el techo de su habitación cuando el sonido de unas piedras chocar con su ventana empezaron a molestarlo, lo que hizo que asomara su cabeza sin abrir la ventana, viendo a Yoshi abajo.

Este le hacía señas para que bajara, pero Asahi negó y trató de cerrar la cortina, pero escuchó el grito lejano de Yoshi.

Y Yoshi no sabe cómo lo hizo, pero minutos después, Asahi salía de su casa con un gran suéter que lo cubría del frío clima de la noche.

Caminaron en silencio hacia el bosque, estando a un par de metros de distancia y con Yoshi respetando el espacio que Asahi quería.

Sólo el sonido de sus pisadas y el de la noche se escuchaban, haciendo que Asahi pudiera tomar aire para poder relajarse.

Después de varios minutos, ambos llegaron al punto donde siempre se encontraban, quedando frente a frente y en completo silencio.

Asahi miraba el suelo, incapaz de poder decir algo.

- Pensé que te había pasado algo malo. - dice Yoshi, interrumpiendo el silencio.

Asahi no dice nada.

- Me alegra que estés bien.

Nada.

- Asahi...

- No quiero que nos volvamos a ver. - dice sin aún levantar su mirada, con un tono de voz que indicaba que quería llorar y lo había estado haciendo anteriormente. - No quiero que vayas a mi casa tampoco.

- Por qué no? - pregunta Yoshi, con una expresión serena.

- Sólo no lo hagas.

- Creo que merezco una explicación. - dice. - No se puede dejar a las personas sin una explicación antes. - Yoshi aprieta sus labios. - Puedes hacer sentir mal a esa persona.

- Hacerte sentir mal no es mi intención. - Asahi siente sus ojos llenarse de lágrimas. - Pero por favor, no me pidas explicaciones. No te las puedo dar.

- Sé que puedes darmelas. Cualquier cosa que suceda, la puedo entender. Sólo tienes que confiar en mí. - Yoshi da un paso al frente instintivamente, y por consecuencia, Asahi da un paso hacia atrás, levantando su mirada y viendo a Yoshi con miedo.

Touch ● YoshisahiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora