Capítulo Uno.

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10 meses antes...
Ámsterdam.

Becca.
— ¡Papá! ¡Vamos a llegar tarde! —Le apuré desde el final de las escaleras.

— ¡El vuelo sale en una hora, Tom! —Mamá comenzaba a ponerse histérica.

—Ya voy, cielo. Se me habían olvidado las gafas en el baño. —Papá se asomó por el hueco de la escalera y las gafas estamparon contra el parquet de la entrada.

— ¡Tom! —Le riñó mamá.

Andrew y yo nos miramos de reojo sin poder contener la risa.

—Ya puedes bajar y comenzar a limpiar todo esto. —Ordenó mamá mientras abría la puerta principal. —Todos al coche. Ya.

—Señor, sí, señor. —Gritamos los cuatro al unísono.

Cruzamos el umbral con las manos sobre la cabeza; Mamá tenía fama de sargento.

— ¿Por qué siempre acabo yo en el medio? —Me quejé al ver que, de nuevo, me había tocado entre dos de mis hermanos. —Ni siquiera soy la pequeña. —Seguí quejandome como podía, ya que Kora me estrujaba contra el brazo de Andrew para poder atarse el cinturón de seguridad.

—Porque eres malisima jugando a pares o nones. —Andrew ni se dignó ni a levantar la mirada de su teléfono.

— ¿Pero que dices? —Dije ofendida. —Si soy buenisima. —Le miré mal. —Y tú termina de una vez, que me estás haciendo polvo el culo. —Le metí prisa a Kora.

—Perdón, pero es que no veo nada. —me siguió zarandeando a su antojo. —Cody, enchufa la luz del techo, anda.

—Siempre abusando del pequeño... —Cody rodó los ojos pero aún así la enchufó.

—Oye, no te quejes. Al menos tú no vas entre dos bestias. —Me volví a quejar de mi posición en el coche.

—Vamos a hacer un trato. —Andrew se giró hacia a mi, le miré con curiosidad. —Si me ganas a una ronda de pares o nones: te cambió el sitio.

— ¿Para siempre?

—Para siempre.

Escuché la risa de mi hermano pequeño en mis espaldas.

—Acepto. —Dije segura de mi misma.

—Vas a perder...—Comentó mi hermano mirándonos desde atrás.

—Gracias por los ánimos, Cody. —Ironicé.

—Elige: pares o nones. —Andrew escondió la mano en su espalda.

—Eh...—Lo pensé un momento. —Pares.

A la cuenta de tres y con las miradas de nuestros hermanos sobre nosotros, dejamos ver nuestras manos.

Nones.

—Pringada. —Se burló Andrew.

—Idiota. —Le dije de vuelta.

— ¡Ya está! —Kora se incorporó de nuevo. — ¡Al fin, dios!

—Te ha costado, ¿Eh? —La miré, llevaba el flequillo desperdigado por la frente.

—Hasta Cody sabe atarse más rápido que tú. —Andrew se reía mientras le apuntaba con el dedo.

—Ja, ja, que gracioso. —Kora le dobló el dedo hacia atrás.

— ¡Ay, joder! —Se sobó el dedo.

—Dejad de pelear ya. —Mamá cerró la puerta y papá entró por la del copiloto.

— ¿Va a conducir mamá? —Kora sonó asustada.

—Sin gafas no veo nada. Lo siento, cielo. —Papá se disculpó poniéndose el cinturón.

— ¿Ves Kora? Así se ata un cinturón. —Cody la picó desde atrás.

— ¡Te mato, niño! —Se giró cabreada hacia él.

— ¡He dicho ya! —Sentenció mamá y se hizo el silencio. Papá le sonrió y le acarició el muslo.

— ¡Agh, papá!

— ¡Papá!

—Ojalá pudiera arrancarme ahora mismo los ojos.

—Buscaros una habitación, hombre.

Sería un viaje largo...

Ya en el aeropuerto; Mamá, papá y Cody se marcharon al baño y a ver unas cuantas tiendas, asique nosotros tres nos sentamos en una mesa del McDonald's, ya que Andrew y Kora se empeñaron en comprar unas patatas y un helado.

— ¿Quieres parar de meter tu asquerosa patata en mi preciado helado? Da asco. —Kora le arrebató su helado y dejó a Andrew con la patata goteando en la mesa.

—Pero, ¿Por qué? Si así está muchísimo mejor. —Habló él con la boca llena.

— ¿Mejor? Eso es una aberración de la naturaleza. —Frunció el ceño ella.

— ¡Mira! ¡Como tú! —Se burló Andrew con una sonrisa. Como no esperaba esa respuesta, el refresco que estaba bebiendo salió disparado hacia la mesa de al lado.
Me tapé la boca de la vergüenza y para que no se me viera reirme, Kora abrió los ojos de par en par y se giró hacia mí cuando la chica se volvió a vernos.

—Toma, guapa...—Andrew le pasó un par de servilletas. —Que se te cae el papel que te envuelve, bombón. —Se las acercó mientras le guiñaba el ojo. La mujer, sonrojada ahora, las aceptó con una sonrisa tonta y se giró como si nada.

—Dios mío, ¿Sabes hablar con alguien sin tirarle la caña? —Kora le miró mal.

— ¿Y que pretendes que haga? ¿Qué desaproveche mi Sexapil? —Se hace el chulo sacando musculo.

—Asco. Asco es lo que das. —Ella le sonrió sarcásticamente.

Y es en esos momento, en los que doy las gracias por ser familia numerosa; Que nunca pasaré nada sola.


Después de una parada más al baño y esperar que Kora terminase de peinarse el flequillo por tercera vez, al fin, estábamos sentados en el avión.

Yo iba junto a Kora, la cual, se había quedado con la ventanilla con la excusa de que si iba en mi lugar estaría vomitando todo el trayecto, y la verdad es que no quería ver eso en persona. Otra vez.

Andrew y Cody justo detrás nuestra, papá, mamá y su enorme barriga iban en la fila contigua a ellos.

— ¡Eh! —Cody asomó la cabecilla entre nuestros asientos. — ¿Sabes ponértelo o llamo a la azafata? —Señaló el cinturón de Kora con la cabeza.

Intenté ocultar mi risa comiendo una patata de las que mi hermano se había encaprichado por comprar y que acabaron no gustándole.

—Agh... —Kora le empujó a su asiento de nuevo. —¿Te estás riendo? —Me miró dolida.

— ¿Patata? —Le extendí la bolsa con una sonrisa inocente.

Soltó un bufido y continuó viendo "Anatomía de Grey" en su móvil. Observé el cielo desde su ventanilla.

No podía creer que nos dirigiéramos hacia Italia. Mi país natal.



𖡼.𖤣𖥧𖡼.𖤣𖥧
¡Hola, gentecilla guapa! volvimos para quedarnos.

Primer capítulo del libro y empezamos fuerte! disfrutarlo✨

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