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Ohm. 🍂

Podría aparentar tener experiencia en mi vida amorosa, pero no es así, literalmente he pasado más tiempo en la cárcel que afuera desde que supe que era un Alfa, así que no he tenido mucho contacto con Omegas.

Ni siquiera recuerdo cuando fue la última vez que de verdad me interesó uno.

Supongo que esa es una de las razones por las que me siento tan fascinado por lo que Nanon me hace sentir.

—Pareces preocupado.

—Lo estoy —respondo estirando mi mano a su frente— ¿tienes sed?

—Ya no.

—¿Necesitas aire, o espacio, o comida? ¿Sientes algún dolor?

Frunzo el ceño ligeramente al ver que se ríe.

—Ohm, estás más tenso que yo.

—N-Nunca he estado con un Omega en su celo, me pone nervioso, ¿de acuerdo?

—Tampoco sé como es —dice apoyándose en la almohada.

Suspiro girando hacia su lado de la cama y me acomodo también.

—¿Nunca pasó?

—No —menciona haciendo una mueca— supongo que quieres saber más.

—Sí, me siento bastante curioso por entender qué demonios haces acá.

—Al principio era por algo simple, cuando estaba en la escuela me gustaba el fútbol, pero nadie quería a un Omega en el equipo, e incluso si alguno lograba entrar, no recibía el mismo trato; me refiero a que si un Alfa se equivoca al patear el balón solo palmean su espalda “porque está bien cometer un error”, pero si un Omega lo hace, es “porque eres un Omega”.

—No creo que sea simple, eso suena injusto.

Nanon suspira y puedo saber que está triste por su aroma.

—No quería ser considerado inferior, no quería que cuestionen mis ideas por ser un Omega, y me gustó el respeto que obtuve al mentir, amé no tener que aguantar la inseguridad que vi que viven otros Omegas con Alfas a su alrededor, así que continúe con la mentira, por eso tuve más oportunidades en mi vida.

Ahora me siento culpable, porque he hecho comentarios que sé que no están bien.

—Lo siento —susurro pasando mi mano por su hombro.

—De todos modos, no creas que pensé en llegar a este punto, pero cuando leyeron la sentencia, no tenía idea de qué hacer, es ilegal lo que hice, está en mis documentos, para la ley soy un Alfa y si lo descubren…

—No pasará —le digo interrumpiéndolo— yo me encargo, ¿está bien?

—Me dieron un año y ahora se ve muy largo, porque no ha pasado mucho y varios acá ya notaron que hay algo extraño en mí.

—Un año no es mucho tiempo, yo llevo dos años acá, y me faltan diez o quizás más, pero escaparé cuando me aburra, no es la primera vez que entro, a los 12 estuve en una correccional por unos meses, como a los 15 me encerraron un año, a los 17 fueron tres y ahora volví, con muchos más delitos.

—¿No tuviste papás que monitoreen tu comportamiento?

—Los tuve, de hecho, tengo buenos padres que siempre me han querido a pesar de todo, pero me gustaba divertirme y obedecer nunca ha sido lo mío.

Nanon se queda en silencio luego de resoplar, y se remueve para mirar el techo.

—¿Me traes un vaso de agua? —pregunta bajito.

—Sí.

—¿También puedes pedirme algo dulce de comer?

—Sí, lo pido ahora —digo destapándome para salir de la cama.

—¿Y unos chicles?

—Chimon tiene, iré yo —respondo ya parado y Nanon agarra mi mano para jalarme de vuelta a su lado.

—¿Por qué me obedeces a mí, si eso no es lo tuyo, Ohm?

Me avergüenza mucho que me haga notar algo que ya sé.

Desde que ha llegado me ha hecho quedar como un ridículo porque no puedo ser como soy con el resto, cuando se trata de él.

—Regresa —me pide jalándome.

—¿Seguro que no quieres nada?

—Quiero algo —susurra atrayéndome a su cuerpo— pero no necesito que salgas de la cama para eso.

Mi corazón está muy agitado porque cierra los ojos y sonríe, oliéndome.

—¿Te gusta? —pregunto acomodando su cabello.

—Tu olor, sí, mucho.

—Nanon —lo llamo, llamando su atención aunque estoy apenado porque no estoy acostumbrado a dar cumplidos— me gustas desde la primera vez que hablamos, los Alfas no suelen ser tan valientes como tú, sentí tu miedo al principio, pero nunca dejaste de enfrentarme, y valoro mucho eso.

—Chimon dice que matas a la gente que te enfrenta —suelta con una sonrisa.

—Porque no son lindos como tú.

Maldito Chimon, lo voy a matar.

Me toma por sorpresa sentir los labios de Nanon de nuevo sobre los míos, pero ahora no es superficial y los atrapa.

Subo la mano a su cuello para pegarlo más a mí con cuidado, y corresponderle.

Apenas me da un poco de espacio, meto la lengua en él para buscar la suya, y sonrío al sentir sus dedos acariciando mi cabello, mientras jadea.

Suelta un pequeño suspiro cuando se aleja para tomar aire, y jala suavemente mi labio inferior con sus dientes.

—¿Estuvo bien? —pregunta de la nada.

—¿Besarme?

—Supongo que es obvio que no he tenido la  oportunidad de salir con Alfas porque “soy un Alfa” —dice ocultándose en mi pecho.

—Estuvo muy bien —respondo sinceramente, jugando con mis dedos en su espalda.

Acepto en mi interior, que aún pensando en si fuera un Alfa, lo besaría también.

Apenas sube la mirada de nuevo hacia mí, agarro su rostro con mis manos y vuelvo a unir nuestros labios, ahora con más fuerza.

Cuando se mueve y siento su entrepierna frotándose contra la mía, me detengo un momento, para no perder el control.

—Nanon.

—¿Sí?

—Yo sé que cuando un Omega entra en celo, puede querer cosas con las que a veces no está de acuerdo cuando está totalmente consciente de sus acciones, si tú me dices ahora que no quieres algo, te prometo que no lo haré, aunque tú creas que mi palabra no vale mucho, juro que  puedo hacerlo por ti.

No soy tan bueno con las palabras como para explicarle que lo respeto y que no debe sentirse inseguro conmigo.

—Ohm —dice seriamente— de verdad aprecio mucho esto y te hace más atractivo para mí, pero ya te tiré muchas indirectas incluso antes de empezar a entrar en calor, quiero coger contigo, así que tienes mi consentimiento para hacerlo todas las veces que puedas, ¿entendido?

—Sí —respondo haciendo un puchero— ¿insinúas que no entiendo rápido?

—No lo insinué, te lo acabo de decir directamente y aún así, veo que te cuesta captarlo.

Celda 55• [Ohmnanon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora