10

13.1K 1.3K 172
                                    


Nanon. 🍂

Durante las noches, aunque todo esté en silencio, desde que llegué tengo una presión en la cabeza que no me deja relajarme, ni siquiera para dormir.

Supuse que era normal, y que todos acá adentro se acostumbran a esa sensación de no poder estar tranquilo incluso mientras duermes, pero ahora me siento cómodo y es extraño.

Tener a Ohm a mi lado y su aroma, es confortable.

Tiene los ojos cerrados porque creyó que si seguía hablando nunca ibamos a dormir, y la verdad es que ese era el menor problema.

Seguramente ya va a amanecer y no he podido dormir porque mi Omega quiere saltar sobre él, pero mi parte razonable aún está al mando, aunque no creo que sea por mucho tiempo.

Suspiro dando la vuelta a la pared para dejar de mirarlo, y apenas me acomodo, se pega a mi cuerpo, colocando su cabeza en mi cuello.

—¿Sigues despierto?

—Sí —respondo jugando con mis dedos en la almohada.

—¿Aún está todo en orden?

—Lo está, supongo.

Me toma por sorpresa el sentir la mano de Ohm pasando por mi cintura, hasta llegar a mi entrepierna.

—Estás un poco duro —susurra alejándose, pero lo detengo para que no deje de tocarme.

—¿Seguro? —pregunto apoyándome más en él— no creo que sea solo un poco.

—¿Debería dar otra revisión?

—Deberías.

Cierro los ojos tratando de controlarme cuando mete la mano debajo de mi ropa, y me acaricia, besando mi cuello.

—Tenías razón —dice frotándose contra mi trasero y puedo sentir su gran erección.

Me pone tenso pensar en que pasé toda mi vida escapando de este momento, pero ahora que realmente va a pasar, estoy ansioso por hacerlo.

Aprieto mi mano en el colchón cuando se aleja, para bajar mi ropa, y siento su dedo abriéndome con cuidado.

—¿Puedo? —me consulta bajando su pantalón con la otra mano, y giro un poco para verlo a los ojos.

—Sí —repito, aunque ya se lo he dicho antes.

Supongo que va a seguir preguntando porque no quiere que me arrepienta y de verdad me agrada que mi Alfa sea así conmigo.

Jadeo al sentir que se coloca en mi entrada, y aunque me asusta, jamás creí poder necesitar tanto algo como ahora lo necesito dentro de mí.

Estoy incluso temblando, por lo mucho que deseo tenerlo.

—No prometo ser cuidadoso todo el tiempo —dice besando mi mejilla.

Pienso por un momento que seguro no es para tanto, hasta que siento que se desliza adentro.

Gimo fuerte, incapaz de controlarlo aún sabiendo que hay gente cerca que puede oírnos.

Me aferro al colchón como si eso pudiera servir de ayuda, para aguantar lo rápido que se mueve, entrando y saliendo de mí.

Mierda.

Los gruñidos de Ohm contra mi cuello, y su respiración agitada, me impiden pensar bien, así que simplemente me relajo.

Volteo hacia él buscando sus labios, y me muevo también contra su polla, porque lo quiero más profundo.

Ya no me importa si pueden oírnos, solo quiero que siga golpeándose así de fuerte contra mí.

—Eres mío —susurra manteniéndose en el fondo.

Es imposible que yo pueda negarle algo a ese hombre.

—Lo soy —respondo al instante.

Suspiro inevitablemente al ver su sonrisa, pero luego, la luz del pasillo se oscurece un poco, y ambos volteamos escuchando los pasos del guardia del piso.

—Ohm —dice el hombre en la puerta y puedo oler la frustración que siente por el aroma que ahora está soltando.

Jadeo cuando sale de mí, dejándome con un vacío nada agradable.

—¿Qué? —pregunta parándose, luego de subir su pantalón.

—Los abusos son un límite que jamás pensé ponerte porque no sabía que tenías estas necesidades… raras.

—Sal de mi vista o voy a matarte —susurra Ohm entre dientes.

Su olor es mucho más fuerte y amargo que cualquier cosa que he olido antes.

—Ohm —suelta ya más serio— hay algunas personas en este pabellón y están escuchándolo.

—¿Y?

—Voy a sacarlo de ahí, antes de que le hagas algo peor.

Me levanto al escuchar las rejas y veo que Ohm lo ha agarrado del cuello y lo ha golpeado contra los fierros.

—Creo que no entiendes la gravedad de lo que voy a hacerte si te acercas a Nanon.

—No voy a irme —digo alzando la voz y el policía me mira confundido— estoy bien, solo, váyase, ¿sí?

Me calma ver que Ohm lo suelta, y cuando por fin estamos solos de nuevo, puedo respirar tranquilo.

Camina de nuevo a la cama, y se sienta a mi lado, mirando la pared.

—Ohm, si reaccionas de esa manera…

—Lo sé —dice interrumpiéndome— perdón.

—Lo siento yo, hice mucho ruido.

—Al menos ahora saben que eres mío —responde más relajado, subiendo sobre mí.

Abro las piernas para que se acomode entre ellas, y sonrío cuando vuelve a bajar su ropa y puedo ver su erección.

—Eres muy territorial.

—Pero dijiste que tú no eres…

—Ahora lo soy —digo acariciando su rostro y mi Omega salta feliz al verlo sonreír de nuevo— siempre en cuando me prometas pensar antes de ponerte violento.

—Lo prometo.

Con eso me siento más tranquilo al dejar a mis instintos tener el control los días que siguen, porque sé que Ohm se va a encargar y confío en que lo hará bien.

Celda 55• [Ohmnanon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora