4. irrompere e entrare.

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capítulo cuatro
ALLANAMIENTO DE MORADA

capítulo cuatroALLANAMIENTO DE MORADA

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▃▃▃▃

Sam estaba estático en su forma de lobo, Antonella metió fugazmente a Chiara a la cabaña hasta que la mayor se calmara mientras veía por uno de los ventanales a los cuatro lobos.

Chiara estaba corriendo por toda la casa, de un lado a otro sin detenerse, se sentía extraña, en ese momento lo único que quería hacer era salir a ver al alfa de la manada quileute, pero sabía que si salía, su sed de sangre no se haría menor, y en todo caso, aumentaría.

¡Te has imprimado en una chupasangre, Sam! —exclamó Jared Cameron una vez fuera del trance en el que Chiara los había dejado.

No es posible ¿verdad, Sam? —decía Embry.

¡Ya basta! —declaró el alfa— Nos vamos de aquí.

—Hey ¿si recuerdan que son dos chupasangres los que están en casa de Emily? —recalcó Paul con un tono sarcástico, ganándose un gruñido de Sam, Paul no entendió la razón de ello.

Quédense a hacer guardia, si salen, deténganles, pero no las lastimen, al menos hasta que sepamos que ocurre. —los lobos asintieron antes de que Sam corriera hacia el bosque en camino a la Reserva.

Chiara luego de unas dos horas se había calmado por fin. No podía estarle pasando eso a ella, mucho menos con un lobo.

—¿Se han ido ya?

—No, siguen afuera, Zia. —dijo Antonella leyendo uno de los libros sentada en el sofá de la casa— ¿Puedo preguntarte algo?

La italiana la vio con la ceja en alto, la menor la tomó como señal de seguir hablando.

—Por lo que acaba de pasar no nos iremos ¿cierto? —Chiara notó como la voz de su hermana parecía escucharse más bajo, ella negó con la cabeza.

—Solo necesitamos... necesito —corrigió—algo de tiempo para resolver todo esto.

—¿Te irás?

—Tan solo son un par de días, ya sabes. —dijo ella y Antonella asintió con la cabeza.

—Ten cuidado, por favor.

—Siempre lo tengo, hermanita.

[...]

Sam había corrido por todo el bosque en su forma lobuna hasta llegar frente a la casa del viejo Quil Ateara.

Se transformó saliendo de entre los árboles, vestido únicamente con unos pantalones cortos.

Se acercó hasta la puerta, escuchando con su agudo oído que ambos Atearas, abuelo y nieto, estaban dentro de la casa.

Tocó la puerta y el menor abrió.

◖ oi, 𝔡𝔞𝔫𝔤𝔢𝔯𝔬𝔲𝔰 𝔞𝔣𝔣𝔢𝔠𝔱𝔦𝔬𝔫 ; s. uley ◗Where stories live. Discover now