Amor y Pasión

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Ese día era únicamente para los Granger quienes decidieron pasarlo paseando por la ciudad junto a Camelot gracias a que era una zona segura no debían llevar escoltas todo el tiempo como si lo tenían que hacer cuando estaban en Londres, Hermione miraba que no había marginación ni nada que ella considerada injusto miraba cada rincón y junto a sus padres podía disfrutar toda la ciudad, a petición de sus padres ellos podrían ir a la rivera Francesa por una semana, misma que Harry aprovecharía para reunirse con el líder de los duendes quienes tenían la intensión de hablar sobre su participación en la guerra y en la solicitud de Harry para restaurar los negocios con el ministerio bajo el estricto control de la corona, se le sumaba que ya habían dado con la ubicación casi concreta del profesor Slughorn para esa misión el debería ir con Edward, Sirius, Remus y Dumbledore, miro un momento el imponente castillo que ahora era su hogar se sumergió en sus pensamientos hasta que su madre la saco de ellos.

-Jean: Hija deberías dejar de soñar despierta.
-Hermione: Lo siento mamá ¿Me decías?
-Jean le sonrió: Debe de ser duró alejarte de tu novio pero les servirá el no estar pegados todo el día.
-Hermione le sonrió sonrojada: No es todo el día, sólo cuando tenemos tiempo libre estamos juntos.
-Jean: Hija por Díos se la han pasado todo el verano juntos aún cuando él tiene responsabilidades.
-Hermione: Bueno... Tal vez si estamos juntos todo el día pero es porque sentimos un vacío cuando no nos vemos.
-Jean: Me lo imagino hija pero deben entender que hasta que no estén casados no pueden dormir juntos.
-Hermione roja de la pena: ¡MAMÁ! Harry y yo somos muy jóvenes aún.
-Jean riéndose: Lo se hija, sólo no me hagan abuela aún ok.
-Hermione: ¡MAMÁ YA PARA CON ÉSO!

Jean tomo a su hija del brazo para continuar con su paseo, mientras eso pasaba en el castillo era otro tema Harry había terminado su reunión de ése día y su entrenamiento está por concluir, Draco estaba junto a él ambos parecían cansados pero los dioses no los dejaban concluir por ese día, por las puertas aparecieron Remus y Sirius quien estaba sonrojado y se revisaba cada tanto su ropa, los zapatos y que su cabello estuviera bien arreglado, fue en ese momento que los dioses decidieron tomar un pequeño descanso para que los chicos se acercarán a hablar con los mayores.

-Harry: ¿Quién es la desafortunada quiero decir la afortunada que se lleva un Lord Black tan guapetón?
-Remus: Amelia Bones -Sirius se sonrojo- Al parecer el pulgoso tuvo una primera cita muy buena y ahora va a otra.
-Draco: ¿Y dónde quedó el "no la voy a perdonar"?
-Harry: ¿También el "Ustedes serán mis únicos herederos" y "Ni muerto esa mujer va a ser tu madrina"?
-Remus: El "no quiero que te contagié su retorcido sentido de la justicia"
-Sirius irritado y sonrojado: ¡Bueno ya no! Soy humano cometo errores y llegó a hablar de más.
-Harry río: Es que Sirius te ves muy nervioso, ya dime ¿Amelia Bones va a ser Lady Black y por ende mi madrina?
-Sirius: Cachorro aún es muy pronto para eso tenemos que arreglar muchas cosas aún no hemos hablado de volver a ser pareja.
-Draco: Pues lo de ser tus únicos herederos lo veo como tú única opción ya no se calientan al primer hervor.
-Sirius indignado: Eso es una vil mentira, Amelia y yo estamos en plena juventud y bien podríamos tener hijos.
-Harry: Si tú lo dices, pero eso de jóvenes no lo veo tan verdadero.
-Sirius: Óyeme más respeto para tu guapo padrino muchacho que no porque seas el príncipe heredero al trono y regente de Camelot y Avalon me tienes que hablar de ese modo.

Los cuatro soltaron carcajadas aligerando un poco las cosas, la paz que se vivía en esos momentos bastaba para tener esperanzas, los Granger volvieron de su paseó cuando vieron entrar a los cuatro hombres riéndose abiertamente al mirarse Harry y Hermione se sonrieron discretamente se alejaron de todos para tener un poco de privacidad, Draco se marchó por el portal que conectaba con la recidencia dónde estaban los Lovegood, Sirius se fue a su cita con Amelia quien debía decirle algo aparte de su cita.

Harry y Hermione habían caminado hasta un balcón donde podían ver el atardecer, Harry la había abrazado por detrás mientras hundía su nariz en la comisura de su cuello y su hombro no querían hablar por lo menos no en ese instante se sentían relajados pero sabían que su relajación se acabaría, deberían de separarse por una semana completa mientras ella viajaba con sus padres y el resolvía asuntos de suma importancia, Hermione había tratado de convencerlo de ir con su familia a Francia pero por más que él quisiera cumplirle ese deseó Edward y los líderes de la alianza se lo habían negado ya que debía tomar decisiones sobre los pasos a seguir, estuvieron un rato en silencio hasta que un suspiro de Harry los saco de su ensoñación.

Harry Potter y El Rey de AvalonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora