01. Propuesta Cruel

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Jimin deslizó los lentes RayBan Clubmaster por el puente de su nariz y descubrió detenidamente al hombre esperándole en el aeropuerto. Su hermano gemelo, Minji estaba demasiado feliz y eso no era raro si no molesto. A su lado, prestó atención a una pequeña chica con un vestido flotando de color celeste, linda y agradable a la vista.

— ¡Qué bueno verte, Jimin! —frunció la boca un poco incómodo.

— Sabes, Minji, te patearía las bolas si no estuviera tan cansado por el vuelo que me hiciste tomar. Quiero ir a mi suite y dormir, más tarde, quizás, te saludaré y a tu pequeña... amiga —asintió hacía la chica que intercambió una dudosa mirada con su hermano. Minji rodó los ojos y tomó su maleta de mano de diseñador.

— Hermano, por una vez en tu vida, sé amable y no pienses en molestar a Yeji —le advirtió —Te invito a beber un café en el hotel, donde te hospedas —Jimin acrecentó una sonrisa maléfica por su rostro y Minji bufó.

— ¿Te gusta la niña? ¡Ay, amigo! —exclamó cubriendo su boca aparentando estar impactado. — Tú, Minji, vicepresidente de Park Confection, recto de corazón y alma. Egresado con honores... ¿Está enamorado?

— Soy humano —fue la simplona respuesta. Jimin no reaccionó a eso. Sabe perfectamente todo de su hermano, suspirando, vuelve a colocarse los lentes echando rápidas miradas hacia los hombres y mujeres que cruzan con su camino.

Haber viajado de Inglaterra hasta Corea lo jodió de distintas formas, lo único que pudo hacer su viaje ameno fue el lindo aeromozo inglés que supo satisfacer sus necesidades en el pequeño baño, después de eso todo fue una completa mierda.

Jimin observó a la mujer que abrazaba el brazo de su hermano. Ellos sonreían y reían con cualquier tontería que decían. Él nunca fue fanático por las relaciones serias, le gusta su libertad, el sexo y la diversión. Las fiestas son su fuerte, la moda su amiga y la lujuria su pasión.

Jimin está enamorado de todos y a la vez de nadie.

Las relaciones son esposas, ataduras, arrugó la nariz, disgustado. En su viaje por Europa conoció a muchas mujeres hermosas y hombres calientes, ninguno tuvo ningún estremecimiento o despertó las mariposas en tu estómago.

Tal vez esas mariposas seguían siendo orugas dentro de sus capullos. Rió y Minji apartó su atención de Yeji. — ¿Qué es tan simpático? —preguntó con su elegancia.

— Nada.

Cuando Jimin subió al auto pudo descansar su irritada espalda. Su hermano se empalagó con Yeji y seguían farfullando y parloteando como si mañana no pudieran volver a hablar. Dios, qué frustrante.

Sus ojos cafés se enfocaron en sus uñas. Ah, debería buscarse un chico y follar. No había estado en Corea desde hace ocho años. Su madre y padre decidieron divorciarse, bien por ellos, ya que eran gemelos, su madre tuvo la brillante idea de llevar a Jimin con ella a Inglaterra mientras que Minji se quedó al lado de su padre.

Si bien no fue la última vez que se vieron, siguieron haciéndolo con poca frecuencia. En las fiestas y celebraciones importantes, visitando él a su hermano y viceversa.

La separación afectó a los gemelos. Jimin siempre supo que tuvo una conexión especial con su hermano. Minji podía entenderlo con sólo una mirada, podía leerlo tan fácilmente y eso a veces era bueno y otras, muy malas.

Jimin supo que su hermano se traía algo en manos cuando lo llamó y rogó que volviera a Corea con urgencia. Al principio estuvo reacio a la idea, pero desistió cuando oyó la desesperación en Minji. Puede que Jimin disfrutara de hacerlo rogar, pero si su hermano lo necesitaba, él estaría siempre para Minji.

Crueles Intenciones 𝙆𝙊𝙊𝙆𝙈𝙄𝙉जहाँ कहानियाँ रहती हैं। अभी खोजें