03. Cruel Mentira

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La pequeña mujer se sonrojó y rió coquetamente.

-¿Por qué estás tan sonrojado? -ella preguntó -Tal vez, estás demasiado estresado... uhm, yo puedo ayudar a drenarte, cariño.

Jimin ladeó la cabeza con una estoica mirada colgando de sus rasgos. La mujer borró esa tonta sonrisa lentamente al darse cuenta que Jimin no estaba dispuesto a follarla.

-¿Sucede al malo, Minji?

-Una pregunta. -Su voz sonó indiferente y carente de alguna emoción en el momento en el que se acercó a la pequeña mujer. -¿Qué haces aquí? Y me refiero a que estás desnuda y con las piernas abiertas. ¿Acaso no conoces la palabra dignidad?

La mujer pareció totalmente fuera de lugar. Ella tomó las sábanas y se cubrió con ella echando fieras miradas a Jimin pero a él no le importó mucho.

-Fuiste tú quien me pidió que te haga visitas nocturnas. Siempre estás cabreado luego del que el Sr. Jeon te moleste y yo... yo...

Ella no comprendía y Jimin mucho menos. Sus cejas bajaron y se fruncieron.

-¿Yo te ordené abrirte de piernas en las noches? -Entonces, se supone que su hermano había pedido que esta mujer quienquiera que sea, folle con él para desestresarse. Esto era absolutamente increíble.

-¡Lo hiciste! -ella gritó avergonzado -¿Por qué me miras de esa forma tan despectiva? Yo no quería, pero tú... sabes que te amo y por eso lo hago. -Ella soltó las sábanas y caminó precipitada hasta Jimin, tomó sus manos con las suyas y las llevó hasta sus grandes senos. -Siempre te gustó encontrarme en tu cama ¿qué sucede? ¿Jeongguk te ha presionado? -Ella buscaba sus ojos.

Jimin alternó su mirada de los grandes senos al rostro aniñado de la mujer. -¿Qué tiene que ver Jeongguk con todo esto? -inquirió sin tomar importancia sus manos en los senos.

-Tú siempre estás quejándote de él.

-¿Qué hay de Yeji? -preguntó sospechosamente. La mujer frunció el ceño. Ah, ella desconoce la existencia de Yeji y Jimin apostaba que Yeji también lo hacía. A qué jugaba su hermano exactamente, esa pregunta se removió en su interior-. Bueno, fue una visita nada motivadora. Toma tus cosas y lárgate. -Deslizó sus manos lejos de los senos y limpió sus manos con la nariz arrugada. Ella abrió la boca indignada.

-¿Qué pasa contigo? -bramó -¿Es que el descarriado de Jeongguk ya te ha convencido de chuparle la polla?

Jimin giró la cabeza hacia ella lentamente, con demasiada paciencia que molestaba a la mujer. Jimin carraspeó la garganta y asintió, comprendiendo la situación.

-Pasa que me repugna ver tu jodida cara. Puedes abrirte de piernas para otras personas. Ya no te quiero en mi cama -dijo tranquilamente -Toma tus cosas y lárgate. Oh, en cuanto a tu pregunta. Si, deseo chupar la polla de Jeongguk -respondió.

Ella golpeó su pie en el suelo repetidas veces. Jimin puso los ojos en blanco. Esto era realmente infantil de su parte. Ser rechazado era parte de la vida, si no puedes con ello es mejor que sepas como hacer un nudo y colgarlo en tu habitación.

Jimin dio la espalda a la mujer y comenzó a desvestirse para una ducha caliente. Oyó la puerta azotarse y sabía que estaba solo. Entonces, su mente comenzó a maquinar pensando en todo lo que aquella mujer dijo.

¿En verdad Minji hacía esto? Empujando sus botas con los dedos de sus pies, se deshizo de los skinny jeans, tomó su móvil de uno de los bolsillos y se dirigió al cuarto de baño. Marcó el número que su hermano guardó en caso de urgencia.

-¿Jimin? -saludó su hermano al otro lado.

-¿Por qué una mujer estaba en tu cuarto desnuda? -Oyó el suspiro de Minji al otro lado. -No quiero mentiras, Minji.

Crueles Intenciones 𝙆𝙊𝙊𝙆𝙈𝙄𝙉Donde viven las historias. Descúbrelo ahora