Finalmente en casa.
Después de haber estado dos semanas fuera por las carreras, esta mañana aterricé en tierras Monegascas y creo que nunca fui tan feliz. Jamas me pasó de extrañar mi departamento o de querer llegar lo más rápido posible, pero ahora es diferente.
Desde los veinte años que vivo solo, el perro de la familia se quedó en casa de mi madre y lo más cercano que tuve fue una planta, la pobre solo duró una semana.Pero desde hace tres meses las cosas cambiaron. Llegar a casa es mi parte favorita del día, ser recibido por el perfume de Doutzen, las caricias de Grace y dormir la siesta acompañado de la felina más linda del mundo. Ya no parece un departamento que solo es usado para dormir, ahora es un hogar.
— ¡Llegué! — apoyo el equipaje en el suelo junto a la puerta y el abrigo en el guardarropa.
— ¡Charlito! — Doutzen corre para abrazarme enredando sus piernas en mi cintura. — te extrañé mucho.
— También yo— la abrazo más fuerte.
Se separa de mi cuerpo mostrándome su sonrisa de dientes perfectos que no necesitaron ortodoncia, suertuda; besa suevente mis labios.
— Estaba cocinado una torta— la sigo a la cocina con Grace en los brazos— ¿queres café?
— Claro — respondo. Mi remera de merchandising con el número dieciséis le llega unos centímetros debajo de su hermoso trasero.
— ¿Como te fue? — deja las tazas y un plato con porciones de torta de vainilla sobre la mesita.— quiero escucharlo todo en persona.
— Bastante bien, aunque todos sabemos que este año podemos mejorar más, el próximo va a ser superior.
Me da un poco de tristeza pensar en el próximo año donde Doutzen y yo no vamos a estar juntos. Entiendo que tenemos un trato, pero realmente la quiero y en lo único que pienso es ganar un podio para dedicárselo a ella. Pero por otra parte no quiero presionarla a que se quede conmigo si no me quiere, demasiado con esta mentira; además de que no se sintiera correcto.
— Todavía falta— dice con una sonrisa— lo único que me importa a mí es que vuelvas en una pieza.
— Estas hablando con un profesional Doutzen— me hago el ofendido— tengo todo más que calculado.
(...)
El martes por la mañana, a eso de las seis, salí a correr. Creo que fue la mejor decisión que tomé hace ya unos años, para mi es una manera efectiva de desconectar con todos los problemas habidos y por haber.
Salgo del gimnasio después de dos horas haciendo la rutina que mi entrenador me mandó. A veces entreno en el edificio, otras veces vengo a un gimnasio con vista al mar.
Paso por la florería donde Doutzen suele comprar, y busco sus flores favoritas. Me parece un detalle lindo de hacer.
— Hola Gracie— ronronea para que la agarre. — ¿Me extrañaste? Porque yo si. Mira las flores que compré para mamá.
Se sube a la encimera mirando como lleno el florero con agua. Yo se que me adoptó como su papá; realmente me cuesta pensar en un futuro sin ellas dos. Me mudaria a Londres o a cualquier parte del mundo con tal de estar con Doutzen.
— Vamos a la habitación del simulador— le digo a Grace. Ella me sigue, se acomoda en un almohadón que puse para que este más cómoda. La mayor prioridad de Doutzen y mía es Gracr Kelly, nuestra princesa de Mónaco.
— Buenas buenas— Doutzen asoma su cabeza por la puerta.
— Hola— sonrio y beso su mejilla.
—¿Como esta mi pimpollito más lindo?
— Bien, gracias— respondo.
— Le decía a Grace. — despues de ver mi cara de indignado se acerca a besarme. — Vos sos mi pimpollo.
— Asi esta mejor.
— Que lindas flores, ¿las compraste en el puesto de la esquina?
— Si, ¿te gustaron?
— Me encantaron, voy a preparar café. — una sensación de felicidad se instaló en mi pecho cuando dijo que le gustaron las flores que compré para ella. — ¿después puedo usar el simulador?
— Si, claro.
I N S T A G R A M
(...)
Arthur_leclerc ha respondido tu historia.
Arthur_leclerc: Tenes a mi hermano en tus manos.
Y él me tiene en las suyas 🥰💘
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Nosotros En Mónaco; Charles Leclerc
FanfictionAl parecer Montecarlo es el nuevo Las Vegas. [Todos los derechos reservados. Prohibida la copia parcial o entera y/o adaptación.]