Nosotros En Mónaco; Charles Leclerc

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Los nervios están consumiéndome por demás. Viajamos a Londres para visitar a mi familia y finalmente decirles las verdad. Hace un par de días nos reunimos con la madre y hermanos de Charles por este mismo motivo.
  En la televisión surgió el rumor de que nuestra relación había sido por contrato, sin embargo, el equipo de publicistas de mi querido novio salieron a desmentir tal noticia.

—Me siento tan nervioso que creo que voy a morir— me rio al escucharlo, pero yo me siento igual.

— Ya estamos en el baile, hay que bailar. — digo antes de abrir la puerta.

— Hola amores— mi mamá nos recibe con un abrazo a cada uno— que gusto verte Charles, ¿como has estado?

— Muy bien Audrey, gracias.

Pasamos al comedor donde la mesa ya esta lista. Malvina y mi papá están en el jardín trasero, cuando nos ven cruzar la puerta se acercan.

— Hija, no sabia que habían llegado— Thomas me abraza después de haber besado mi cabeza. — Charles, hola hijo, ¿como fue el vuelo?

— Tranquilo— sonrie nervioso. — trajimos regalos.

— ¿Les van a decir?— Malvina pasa su brazo por mis hombros.

— Si, ya basta de mentiras. —la miro — ¿vos como andas?

— Tranquila— sonrie— hasta ayer estuvo Max en mi casa.

La miro sorprendida. Mi hermana siempre fue bastante reservada con su vida privada, pero no me esperaba que se haya estado viendo con Verstappen.

— Gracias por contarme, maldita— la empujo.

— No sabia como decirte que me estaba cojiendo a un conocido tuyo. — nos reímos.

— Asi como me lo estas diciendo. — me acomodo en el sillón del jardín donde estaba mi papá sentado antes de entrar a casa con Charles.

— Calum me escribió— suspira — efectivamente todos vuelven.

— ¿Y qué pasó?

— Nada, le dije que ya no había nada de que hablar.

— Vengan a comer— grita papá desde la puerta.

El almuerzo fue tranquilo, muchas risas y tranquilidad antes de soltar la bomba. Lo mismo que cuando les dije que me mudaria a Mónaco. Charlie hace el café y yo dejo las masitas finas en la mesa, con el terreno listo ya podemos contar la verdad.

—Mamá, papá, Malvina, les tenemos que contar algo. — empiezo a hablar.

—¿Estas embarazada?— pregunta mi hermana.

— No, estúpida. Déjame hablar. Charles y yo nos conocimos cuando las chicas y yo viajamos a Mónaco, salimos de fiesta todos juntos y en el medio de eso nos casamos. — los ojos de mis padres estaban tan abiertos que podrían explotar.

— Ninguno de los dos supo nada hasta días después, cuando mi abogado llegó a darme la noticia. — siguió contando mi novio— al principio quise terminar con el matrimonio, pero fui egoísta y pensé en lo bien que le haría a mi mala imagen haber sentado cabeza.

— Entonces todo este tiempo fue una mentira — dice mi mamá.

— Si, pero ahora estamos juntos de verdad y no queríamos seguir ocultandoselos. Estoy enamorada de Charles y somos muy felices juntos.

— Todavía me cuesta creerlo, pero estoy contento por ustedes. A pesar de todo fueron responsables y supieron seguir adelante.

— ¿Van a casarse?

— No ahora Malvi— responde Charles — pero dentro de poco. Quiero pasar el resto de mi vida con Doutzen.

— Son hermosos— mi mamá nos abraza.

— Gracias mamá.

— Te amo— murmura Leclerc en mi odio.

— Yo también te amo.

Hola a todos! Volví!!!!

Espero que les guste, les mando un beso.