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Como por arte de magia, los vivaces e infantiles ojos de Zee —en ese momento, el profesor— se encienden y oscurecen de lujuria, sus cejas ligeramente juntas y las gafas sobre nariz bien puestas. Contrario a la seriedad que ha adquirido, está Nu en papel de  estudiante castigado que se jala el suéter cabizbajo, ruborizado y con los ojitos brillantes.

—¿Entonces estoy reprobado?— y ahí comienza la verdadera magia, cuando los ojos de Nunew encuentran los del contrario a poca distancia.

—Me temo que sí...

Saint, desde su silla, se muerde las uñas. Nadie respira siquiera demasiado fuerte porque lo que están presenciando es historia para el mundo. Es una actualización tremendamente buena, brutal, que deja sin aliento y cuando la escena avanza y New ya ha dicho la frase de oro, coqueto sobre el escritorio, se escuchan suspiros ahogados por el set.

—Podemos arreglarlo de otra forma... ¿Verdad, profesor?

El primer botón sale junto a la corbata del estudiante y la cámara dos enfoca como sus dedos se deshacen de la prende liberando el niveo pecho de botones marrón claro, duros y dispuestos a robarse el primer plano.

Zee le mira con atención, deleitándose de la escena porque con un demonio, el chiquillo es ardiente y por mucha actuación que fuese, realmente lo pone muy mal. La escena dicta que después que le ha tomado por la cintura como ya hizo, debe sentarlo en sus piernas y New fluye como agua, cayendo delicadamente en sus muslos.

Zee ni siquiera tiene tiempo de pensar cuando los labios del bajito atacan los suyos con pasión y profesionalismo, lamiendo en los sitios correctos y robándole un gemido que por supuesto que la cámara detrás de ambos grabó en primer plano.

Por todos los malditos cielos.

Jamás había la grabado en una toma tanto, pues han  llegado ya a la parte de la falda que Zee tiene que fingir no sabía que el bajito llevaba debajo sin ropa interior por supuesto, pero lo que no finge es su reacción y la forma en la que, por guión, le separa los glúteos. ¡Jesús bendito! Ese chico era bueno en todo y cuando toma todo de sí en su garganta, Panich ya no sabe de dónde sujetarse para no empujarle la cabeza ahí mismo y correr el riesgo de que su compañero se quite y le meta una bofetada por salirse del estúpido guión.

—¿Voy arriba entonces?— en medio de el retoque de maquillaje, un ya desnudo y preparado Nunew pregunta a su director qué sigue, mientras Zeepruk con el pantalón flojo en los tobillos y la camisa desabrochada, espera pacientemente recargado en el pizarrón.

—Sí— Saint revisa el guión, con las cejas ligeramente juntas—Toma tu tiempo, necesitamos al menos veinte segundos de primer plano a esto para que cuando Fight te de la orden, subas y bajes.—cierra el guión y lo baja, mirando al chico directamente —Pero ya sabes más de esto que yo, así que móntalo y ya está, espera las indicaciones.

—De acuerdo.—y suspira, sacudiendo sus manos y pies.

Zee, desde su sitio, le lanza un beso—¿Nervioso?— se sienta sobre el escritorio, abriéndose la camisa para dejar todo el frente libre.

—No me hables.—y sin mirarlo siquiera, se coloca en posición—¿Ves esta cara?— con una mano sobre su hombro y la otra libre, Nunew se señala el rostro—Estoy a punto de hacer magia con ella, así que no te creas demasiado que me encantas. ¿De acuerdo?

Zee le sonríe de lado, colocando sus manos en cada uno de los glúteos del bajito como dicta el guión—Pues tú a mí sí me encantas.

—¡Acción! 

Y Nu bajó.

Era un rostro demasiado bonito el suyo, sin duda alguna, pero la forma en la que cerraba los ojos y se mordía los labios impidiéndole gemir muy alto mientras se penetraba, lo hacía lucir precioso. Zee perdió la cuenta de las veces en las que sus miradas chocaron y no pudo contenerse a besarlo, morder sus labios y succionar su lengua.

Lights, camera...¡ACTION! +18|ZeeNunew Donde viven las historias. Descúbrelo ahora