|Cap ₃₀|Charlas.

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No he sabido de nadie desde hace cinco días, sólo me comunico con Tae a través de llamadas o mensajes, pero nada más que eso, y es que me reporté como enferma en la universidad. Bueno, más bien le pedí a mi madre que se lo hiciera saber al señor Jeon para que me diera plazo de al menos una semana.

Él dijo que me mejorara, y en cuanto estuviera bien, podría retomar mis clases por la tarde junto a las clases que ya había perdido desde aquel viaje a Miami.

Pero lo necesitaba. Necesitaba mucho poder tener espacio para mí sola y pensar con claridad todo. Porque al mismo tiempo sabía que no era completamente la culpa de los demás, sino también mía por haberme distanciado de la supuesta relación que tenía con Min Ho.

Dejé que el problema siguiera y no hice nada para retenerlo.

Quizá me sentía demasiado cómoda con Jungkook y los demás, como para volver a pensar en quien ahora es mi ex novio. La verdad es que nadie es capaz de dejar de sentirse bien para volver al profundo hoyo en el que en algún momento nos sumergimos, ¿verdad?

Mi error fue sentirme demasiado bien e ignorar lo que al mismo tiempo estaba sucediendo en otra parte de mi vida.

Y sí, siempre he sabido que necesito ayuda psicológica. No soy tan terca como para pensar que puedo lidiar sola con todo esto, porque la verdad es que no puedo.

Y es por eso que estoy aquí, yendo a visitar a mi terapeuta, después de años. Jamás creí que volvería a pasar por los escalones de esta entrada, menos que el guardia me reconociera y me saludara con una sonrisa triste.

Supongo que el hecho de volver a terapia lo vuelve triste.

Aunque no quiero malentender. A todos nos hace bien ir a terapia. Estoy harta de que a lo largo de toda mi vida, la sociedad me ha hecho entender que asistir con un terapeuta es signo de que estás muy mal o muy loco.

A veces la ignorancia en la gente me vuelve loca.

Me siento en la sala de espera, encima de un acolchado sillón rojo que casualmente extrañaba. Y espero que llamen mi nombre gracias a la cita que aseguré hace unos días, justo después de que Tae se fuera de mi casa.

Miro mi móvil encima de mis piernas. Intento no preocuparme. No me han llegado llamadas de ninguno de los chicos, y es porque Tae se aseguró de decirles que no lo hicieran, por mi bien. Por el bien de todos en estos momentos.

—Lee ___ —llama un chico por la ventanilla de consultas—. Por favor, pase a su cita con la señorita Eun-Ji.

Y me levanto, frotando las palmas de mis manos entre sí. De seguro se llevó una gran sorpresa cuando agendé una cita después de tantos años.

Cuando entro a la habitación, ella está sentada en su común sofá blanco con almohadas de terciopelo verde. Tiene una libreta en sus piernas, y alza la vista cuando escucha que cierro la puerta.

Nada ha cambiado desde que me fui, ni si quiera el olor.

—Cuando me avisaron sobre tu cita, no les creí —se levanta de su puesto y viene a mí—. Perdón, esto será poco profesional, pero necesito hacerlo —y entonces, me regala un cálido abrazo, en el que respiro su agradable aroma a intensa vainilla.

—Ha pasado un tiempo —intento sonreír, pero la verdad es que en mi cabeza hay demasiadas preocupaciones como para hacerlo sin parecer fingida.

—Y bien —camina a su sofá y se sienta nuevamente con su libreta y pluma—. Toma asiento, por favor —me apunta el otro sofá frente a ella.

Este sofá es más pequeño. Verde y un tanto reclinable.

—Gracias —me siento.

—Cuéntame, ___. Háblame de lo que ha sucedido en todo este tiempo.

Filoaster | JJK [+21][✔] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora